8 de septiembre
Foto de Dima Solomin en Unsplash
Hace tres años, el 8 de septiembre de 2020, un amigo me metió a un chat de grupo en WhatsApp. Lo tituló “Fans del Vampire” refiriéndose al juego de rol y por explicación dio mis credenciales (rápido y mal) y las del otro participante, para después decir que era pésimo presentando gente antes de salirse del chat. Eso pudo ser la interacción más incómoda a la que me había enfrentado en tiempos pandémicos, pero en realidad terminó siendo el inicio de mi relación actual.
Así fue como conocí a H: a través de un chat de WhatsApp. Con el tiempo he sabido que tanto H como yo le dijimos a nuestro amigo en común que no queríamos ni buscábamos una relación. Pero a él no le importó y nos aventó al ruedo. Sé que ya llevaba un rato pensándolo, porque sus charlas por separado con cada uno de nosotros hicieron que pensara que podríamos llevarnos bien. No se equivocó.
H y yo empezamos a platicar hace tres años y no hemos dejado de platicar desde entonces. Estuvimos chateando diario por tres meses antes de atrevernos a vernos en persona.
Mis primeras citas con H fueron muy caseras por el hecho de estar en plena pandemia. “Salimos” (no sé si puedo decir que salimos cuando nos veíamos en casa porque el mundo se estaba acabanado) durante 3 meses antes de empezar a andar.
No voy a hacer un recuento largo de mi relación con H, simplemente dejo acá en mi abandonado blog, una notita de que no olvido lo mucho que cambió mi vida un 8 de septiembre por un chat. Qué felicidad que mi amigo tuvo esa ocurrencia. Qué bellos tres años han sido.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!