El sistema Bullet Journal me ha ayudado no sólo a organizarme, sino a mantener mis objetivos a la vista y mi mente menos ansiosa.
Hoy en día ya no es un término tan ajeno para varios. El Bullet Journal (BuJo, pa’ pronto) es un sistema de organización creado por Ryder Carroll. La idea principal es la organización a golpe de vista.
El sistema original es muy minimalista y lo único que ocupa es una libreta y una pluma. Sin embargo, si hoy en día ustedes buscan cosas alrededor del BuJo, verán una enorme comunidad (principalmente femenina) que presume sus cuadernos llenos de color y creatividad. Existen algunos que son más obras de arte que otra cosa.
El BuJo en sí es una agenda, pero también puede servir para llevar registros (libros leídos, películas vistas, etcétera), alcanzar metas, generar hábitos, bajar la ansiedad a través de colorear, cuaderno de dibujos, cuaderno de notas y un listado enorme de posibilidades. Tantas como cada mente pueda vislumbrar.
También, alrededor de este sistema, ha habido un enorme boom de venta de cosas de papelería: plumas de gel, estilógrafos de colores, plumones de punta de pincel, washi tape, esténciles, acuarelas, cuadernos con hojas de puntos, estampas y mil detalles más. Muchos, en realidad, sobran. Claro, son bonitos. Pero sobran.

Sí, se los juro que sobran. Lo principal es el orden.
El qué tan bonito o artístico o sencillo hace uno su BuJo es, bueno, cosa de cada quién.
Oficialmente, yo llevo un año usando el sistema. Antes de usarlo con frecuencia, la verdad es que era muy dada a encimar mis citas. Principalmente porque no tenía un solo sitio que concentrara todas mis actividades. El calendario de Outlook concentraba mis juntas del trabajo, a veces el de Gmail las personales, Facebook los cumpleaños, etcétera. Sin un lugar fijo para concentrar las cosas, era común que agendara dos o más actividades para el mismo día a la misma hora y siempre acababa moviendo la fecha para alguien.
Bien, una agenda podría ser la solución. El tema es la personalización de la misma. Que de verdad fuera como yo necesitaba. El BuJo me ha permitido personalizar a mi preferencia y alcanzar metas. ¿Cómo?
Decidir prioridades
Mis primeros seis meses de uso de BuJo fueron medio accidentados. Hice toda la agenda de tirón: todos los meses con el mismo acomodo. Me sobró espacio en mis acomodos semanales y me faltó espacio para otras cosas, como notas, objetivos y mis hábitos.
Así que en diciembre de 2017 decidí fijar mis prioridades. En este caso, el recuperar mi ritmo de escritura, hacer ejercicio casi diario, no gastar tanto dinero, comer sano, meditar y dormir suficiente eran puntos clave. Estos puntos, al ser hábitos que debía cultivar, se volvieron las claves de mi registro de hábitos. Originalmente había puesto el registro de hábitos por semana, pero descubrí algo: es muy fácil ver que para el miércoles ya no cumpliste y decirte “oh, bueno, el lunes vuelvo a empezar”. En cambio, poner mi registro de hábitos al inicio de cada mes, en un esquema visual que me permita ver el avance de ese mes, me ha obligado a echarle más ganitas (sigo fallando con lo del blog, pero bueno, creo que ahí voy).
Otra cosa que vi que me falla es llegar a mis grandes metas. Y es que, cuando planteamos metas muy grandes, hay que dividirlas en pequeños elementos o es complicado llegar. Así que al inicio de cada mes decidí plantearme de dos a cinco objetivos mensuales, que a la larga construyan hacia mi objetivo mayor. Así, plantearme hacer una rutina específica cada mes ha logrado que la costumbre del ejercicio no sea tan cuesta arriba. Plantearme escribir una página a la semana ha logrado que retome mi diario. Y podría seguirme con otros ejemplos.
La idea de dividir las metas sirve para el día a día. Cuando tengo entregas pesadas en el trabajo, las voy dividiendo por partes y poniéndome fechas límite para cumplir con cada parte. Es más fácil atacar un proyecto enorme con pequeñas entregas.
Reflexionar sobre lo logrado
El BuJo también me ha servido para reflexionar sobre lo que he conseguido. Al plantearme objetivos mensuales, a final de mes hago un resumen de esos 30 días. Veo qué tan bien me fue con mis hábitos, qué tanto logré de mis objetivos y qué necesito reajustar. Esto mismo me sirve para ver qué debo reforzar el siguiente mes.
El ejercicio de reflexión me ha sido muy útil para darme cuenta de los errores que cometo y tratar de reajustar. Por eso mismo, ya no hago todos mis meses de un golpe. Voy mes por mes para poder reacomodar lo que sea necesario. En este tenor, la flexibilidad del BuJo gana por encima de una agenda prefabricada.
Pixeles y salud
Mi acomodo favorito para ver el avance anual, son los pixeles. Tengo tres acomodos de este tipo: el de emociones, el de migraña y el de mi ciclo menstrual.
Como sufro de migraña, llevar un registro de mis jaquecas y relacionarlo con mi estado emocional y con mi ciclo menstrual me ha dado mayor idea de qué es lo que me dispara la mentada migraña y cómo prevenirla. He notado en estos cinco meses que en general una semana antes de que me baje soy propensa a tener bajones emocionales y jaquecas que tienden a la migraña. Son días en los que debo beber más agua que de costumbre, bajarle a la cafeína y procurar dormir un poco más. Esto no lo había relacionado hasta que empecé a ver todo con colorcitos en mi BuJo.
Así que, mi bullet journal no sólo me funciona como una agenda, sino como un registro de mi cuidado personal y mi salud.

Los extras de la ñoña mayor
Cada mes he procurado añadir un extra a mi BuJo. Generalmente, son páginas que dejo para apuntar notas de cosas que esté estudiando. Pero también para recetas que me encuentro, planes de ahorro, líneas de gratitud por todo lo bello que hay en mi vida (y que me sirve para animarme cuando me entran los bajones) y hasta mandalas para colorear y bajar mi ansiedad.
Cuando no me dejo estos espacios, he notado que me saturo con el día a día y es cuando menos ideas tengo y menos creativa me siento. Mi mente necesita esos espacios de estudio y de reflexión para poder seguir adelante. Este es otro motivo por el que no hago todos los meses de tirón. La verdad es que nunca sé qué cosa extra agregaré cada mes, pero es bonito llenar ese espacio y luego regresar a las cosas que he ido aprendiendo.
La inspiración
Meterme más en estos temas ha hecho que constantemente busque inspiración. Por ello, sigo varias cuentas, en su mayoría en inglés, para sacar nuevas ideas.
Recientemente, junto con mi amiga Yuriko, decidí abrir un grupo para gente interesada en BuJo en español. Principalmente para inspirarnos entre todas, además de lograr una comunidad de habla hispana alrededor del uso del Bujo (más que de la venta de materiales). Si gustan unirse, estamos en Facebook.

¿Alguno de ustedes usa BuJo? ¡Cuéntenme!