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El fin de semana pasado, fui con la Dra. Claudia Cázares a una consulta dermatológica. A Claudia (disculpen lo igualada) la conocí porque la entrevisté para mi podcast sobre Adulting 101 para platicar sobre el cuidado de la piel.

Hoy que abundan los llamados beauty bloggers, esos “expertos” en belleza simplemente porque aman el maquillaje, la idea de que cuidar la cara es más cosmética que salud se ha implantando más profundamente en nuestras cabezas. Esto es un problema porque en realidad es cuestión de salud antes que de belleza.

Levante la mano la chica que si le ardieron los ojos con una sombra o un rímel nada más cambió de marca, pero no fue al doctor porque no era nada grave. El cuidado de nuestra salud en general es reactivo y no preventivo. Es decir, nos esperamos a tener un problema de salud grave antes de acudir al médico. Yo soy de esas personas y peor, porque tengo un umbral al dolor muy alto. ¿Qué significa eso? No siento el dolor como las personas normales. Para que se den una idea: llegué caminando yo sola a la clínica cuando me “molestaba un poco el tobillo que me torcí” y resultó ser un esguince de segundo grado. O lo que parecía una cistitis (infección de vías urinarias) ya había llegado a riñones porque no me dolía, sólo me sentía cansada –si me lo preguntan, en la época actual el cansancio ni debería contar como síntoma cuando ya es algo crónico.

Sin embargo, desde el año pasado me prometí cuidar más mi salud y hacerlo en la medida de lo posible algo preventivo. En particular porque me gustaría que mi hijo tuviera mamá por muchos años. Eso y que me gusta mucho vivir y odiaría que me dijeran que un problema médico grave con un chequeo anual se habría detectado antes o cualquier cosa del estilo.

Cuidar de nuestra piel con un experto

Desde hace una década, en mis mejillas salieron manchas rojas. Coincidió con la época en que mi relación en turno se empezaba a ir al carajo. Deben saber que esa relación murió un año antes de que la termináramos. El desgaste emocional, comprenderán, fue enorme tanto para mi ex como para mí. Así que en mi cabeza necia, las manchas rojas no eran más que otro síntoma del tremendo estrés al que estaba sometida.

Al terminar la relación, tanto mi migraña constante como las manchas disminuyeron, pero no desaparecieron. Y eventualmente aprendí a vivir con tener la piel roja y una tendencia a la migraña.

Después de entrevistar a Claudia, decidí ir con ella a revisarme las dichosas manchas. No me arde la cara ni me causa molestia y jamás he sido de usar bases, polvos o cosas similares de maquillaje porque mi piel es muy grasosa y a los tres segundos de aplicarme cualquier tipo de maquillaje en toda la cara, la producción de grasa se triplica y me siento sumamente incómoda.

Al verme me dijo sin lugar a duda: es rosácea. La rosácea es un proceso inflamatorio de la piel que enrojece la cara, hace que se noten más ciertos vasitos y, en casos muy extremos, provoca pustulitas que se confunden con acné. Se puede controlar. Hay que conocer qué la dispara (porque tiene disparadores como los lácteos, el vino tinto y el café) con una rutina de skincare adecuada. Normalmente hay un factor genético -que en mi familia no existe- y no desaparece.

¿Cuál es el problema? Si hay reacciones que asemejan al acné, es muy fácil ir a una farmacia y conseguir tratamiento para el acné. No sería problemático de no ser que no es acné lo que se padece, así que no se ataca el problema de base. Tratar de cubrir las manchas con maquillaje tampoco es recomendable.

Yo viví engañada por muchos años. Siempre me dijeron que mi piel era grasosa y los productos que utilizo para su limpieza son para piel grasa. Claudia me dijo que en realidad soy de piel sensible/delicada y que la grasa es más un sistema de defensa. Me mandó un tratamiento y cita en tres meses.

De no haber ido con una experta, probablemente mi rosácea seguiría sin pena ni gloria hasta que, quizá, llegara a ser un problema grave de salud.

Crear nuevos hábitos

Llevo casi una semana de aplicarme el tratamiento y he notado mejorías en mi piel, particularmente en la cantidad de grasa de mi cara. Aquí viene un segundo problema del cuidado de la salud: la desidia.

Es muy fácil caer en la tentación de decir “ya estoy mejor, ya no necesito esto” y dejar el tratamiento. Uno de los problemas modernos es la resistencia de las bacterias a los antibióticos en primer lugar por cómo nos los recetan cual dulces y en segundo lugar por no concluir los tratamientos.

Crearnos hábitos saludables no es tan sencillo. Amerita constancia. Yo, por ejemplo, activo alarmas diarias en mi teléfono para aplicarme fotoprotector que debe ir cada 4 horas. No importa que no esté saliendo a la calle. Es importante porque la luz de las pantallas también lastima la piel.

Seguir mi rutina del cuidado de la cara también es importante porque de otra forma no va a disminuir mi rosácea. Es generar hábitos. Lo bonito de los hábitos es que una vez generados, ya es difícil perderlos, ventajas de ser criaturas de costumbres. Sin embargo, las costumbres se crean con la repetición constante y quizá por eso crear hábitos de salud preventiva no es tan sencillo, porque bien llevados, son consultas una vez al año. Pero creo que podemos hacer el esfuerzo.

Hasta el momento he tenido muy buena suerte. No he topado con un problema más grave. ¿Pero para qué esperar a que ocurra una tragedia? Mejor cuidarme desde ya.

Recientemente, vi con G la película Big Fish & Begonia, disponible en Netflix. En general, tanto G como yo disfrutamos de la buena animación, teniendo una marcada preferencia por el anime. El tráiler ya me había llamado la atención, por lo que decidí aprovechar y verla con mi pequeño para acompañar nuestra cena de hace un par de días.

[youtube https://www.youtube.com/watch?v=y-KpRZCxWHM?rel=0]

Big Fish & Begonia es una película china del 2016, que nos narra la historia de Chun (Begonia en chino, según da a entender la protagonista) una niña del mundo debajo del mar. Ella misma nos plantea que no es humana, pero tampoco es una diosa. Simplemente es un ser mágico, como todos los de su lugar de origen, que ayuda a mantener el orden en la tierra. Con su magia, los habitantes de debajo del mar dan vida al mundo humano.

Cuando los chicos de este mundo cumplen 16 años, son enviados al mundo de los humanos para que lo conozcan y a la semana deben regresar. Esto les ayudará a poder usar sus poderes de la mejor manera posible. Los problemas inician cuando Chun se siente culpable de la muerte de un humano que intentó salvarla.

Al regresar a su mundo, busca una forma de traer a la vida al humano. Esto desbalancea el equilibrio entre su mundo y el humano. Así da inicio esta aventura de fantasía, donde los colores cálidos como el rojo y el naranja son protagonistas.

La historia está colmada de magia y es curioso ver cómo un acto en el mundo humano rompe el equilibrio en el mundo debajo del mar.

Lo interesante en esta historia, además de la animación que cautiva, es cómo se habla de las promesas y de cumplirlas. Para Chun, cuidar del alma humana se vuelve cuestión de vida o muerte. Es su responsabilidad lograr llevarlo de vuelta al mundo humano. Para Qiu, el mejor amigo de Chun, cuidar de ella también se vuelve cuestión de vida o muerte.

BFB

Título original: Da Yu Hai Tang

La historia nos refleja distintas caras del amor, desde el fraternal o el amor entre amigos hasta el amor de pareja. Existen ciertas cuestiones más filosóficas en el trasfondo de la historia. Por ejemplo, ¿qué sentido tiene la longevidad sin la felicidad? ¿Vale la pena sacrificar todo, hasta la vida misma, por cumplir una promesa? ¿Qué tan culpables somos de los accidentes que ocurren a nuestro alrededor?

Hay detalles, eso sí, que pueden sacar de onda. La forma en que los orientales narran no es igual a los occidentales y por mucho anime que hayamos visto G y yo, de repente que queden cabos sueltos no nos encanta.

Sin embargo, es una historia 100% familiar (a pesar de que Netflix la clasifica como “animación para adultos”). Si les gusta la fantasía y la magia, seguramente la van a disfrutar.  Advierto que los puede dejar con lagrimita Remi al final.

Les dejo mi cita favorita de la historia:

“Creo que el cielo nos bendijo con la vida para que pudiéramos crear milagros” –Chun.

Hoy, 2 de abril, es el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil. Este día se marca en el aniversario de nacimiento de Hans Christian Andersen. IBBY organiza varios eventos al respecto.

Pero para mí, lo mejor que se puede hacer es hablar de libros. Recomendarlos como si de salvavidas se tratara. Así que, para el día de hoy, los invito a leer varias historias:

Una de súper héroes

Bajo la máscara – BEF:

Para los amantes de los súper héroes, ésta es una historia que ocurre en la Ciudad de México, donde dos chicos adolescentes tienen súper poderes y buscan mantener a salvo a la CDMX. Pero ¿qué ocurre en un mundo donde deben mantenerse ocultos? ¿Es tan fácil para un adolescente cumplir con sus deberes de estudiante y salvar a los ciudadanos? Una historia divertida que mi peque (fanático de los cómics) amó.

Bajo la máscara

Una de amor

Un beso en tu futuro – Raquel Castro:

Una historia honesta sobre el primer amor, en ese momento curioso entre dejar de ser niño y empezar a ser adolescente. La historia de Nancy, contada en primera persona, nos remite a nuestra época de secundaria. Se trata de una novela juvenil honesta, divertida y con diálogos memorables (rasgo característico de Raquel, que nos da personajes que hablan de forma muy natural y cero telenovelesca).

Un beso en tu futuro

Una de cuentos infantiles

Reckless – Cornelia Funke

Inspirada en los cuentos de los hermanos Grimm, Cornelia Funke crea el mundo detrás del espejo: una tierra donde todos los personajes de los cuentos infantiles son reales y Jacob Reckless es un caza recompensas humano. Jacob divide su tiempo entre el mundo humano y el mundo del espejo. Todo se complica cuando su hermano menor viaja al mundo del espejo y se transforma por culpa de una maldición. Al momento tenemos 3 libros publicados y sigo esperando el cuarto. Es una saga de aventuras que entrelaza cuentos clásicos con una imaginación amplia.

Reckless

Una(s) de pingüinos

Arriba y abajo; Perdido y encontrado – Oliver Jeffers

Dos de mis libros álbum favoritos en la vida son las historias del niño y el pingüino, escritas e ilustradas por Oliver Jeffers. Historias tiernas, sencillas, donde (como en todo buen libro álbum) la imagen llena los espacios en blanco que dejan las palabras. Amo al pingüino, un animalito de lo más tierno y noble.

Perdido

Si quieren conocer más historias infantiles y juveniles, les dejo aquí el playlist de recomendaciones que hemos hecho G y yo. Igual pueden leer mi columna en Penumbria, dedicada a este tipo de historias.

Leer 1

¿Cuánto tiempo creen que pasas con los ojos clavados en la pantalla de tu celular? Piénsenlo un poquito. ¿Ya? Quizá dijeron que una o dos horas al día. Lo más probable es que sea el doble de lo que hayan pensado.

La mayoría de los adultos de más de 30 años pasan un promedio de 4 horas al día clavados en su celular, sea en redes sociales, correos electrónicos o juegos. Estamos hablando de que, en total, unos 15 años de vida serán utilizados viendo la vida pasar a través de un dispositivo móvil. Si esto les parece alarmante, la cifra es peor con la Generación Z que pasa entre 6 y 8 horas en sus dispositivos móviles.

Actualmente no sabemos cuánto afecte esto las interacciones sociales y las formas de aprendizaje. Es un hecho que ya está trastocando la forma en que nos comunicamos. Las generaciones más jóvenes prefieren mandar mensajes de texto (textear) a llamar por teléfono.

Piensen en una reunión familiar o una ida a un restaurante: ¿qué tan seguido vemos a dos o más personas sentadas en el mismo lugar, con la mirada clavada en un dispositivo móvil? Esto empezó a llamar mi atención al grado de procurar ser más consciente sobre mi propio uso de dispositivos móviles. Particularmente me empecé a fijar más al regalarle a G su primer dispositivo electrónico la Navidad pasada. No es un celular, pero está cerca. ¿Cómo evito con mi propio ejemplo que mi hijo sea absorbido por la pantallita?

Al investigar sobre el tema, encontré el libro Irrisistible de Adam Alter. Este libro habla sobre cómo nos clavamos en las pantallas, olvidando a los otros.

Se trata de un comportamiento compulsivo que llega a la adicción de comportamiento. Si bien hay quienes descartan este tipo de adicciones por no tener que ver con una sustancia, cada vez son más los estudiosos que admiten que estas adicciones existen. El tema con la adicción al Internet y a los dispositivos móviles es que pareciera que hoy en día una persona no puede ser un adulto funcional sin conexión a Internet.

Los problemas a los que nos enfrentamos en nuestro agitado día a día incluyen:

  1. Falta de señales para detenernos: Antaño, jugar videojuegos implicaba tener una consola, una televisión y tiempo para sentarnos a jugar. Ahora, podemos llevar juegos en el celular. Trabajar era ir al sitio de trabajo, realizar el trabajo, salir y llegar a casa a descansar para volver a empezar al día siguiente. Ahora, el trabajo nos sigue a casa con las computadoras portátiles y el correo electrónico en el celular. Antes salía un capítulo de la serie que viéramos una vez por semana en equis canal, con comerciales incluidos. Hoy, Netlfix reproduce capítulo tras capítulo sin necesidad de siquiera darle play entre uno y otro. Ya no hay un momento que nos haga detenernos. ¿A cuántos les ha pasado que, por estar en redes sociales, en un scroll infinito, el tiempo se les desaparece? La falta de una señal clara para frenarnos y realizar otras actividades es la responsable del tiempo esfumado.Social media
  2. Las recompensas variables: Uno pensaría que a los seres humanos nos gusta tener el control sobre nuestras vidas y que las recompensas claras y predecibles nos son atractivas. ¡Error! La incertidumbre nos mantiene enganchados. Esto no sólo funciona con los casinos o con las relaciones disfuncionales (sí, niñas, hablo de ese dude que no responde los mensajes y cuando se digna a aparecer le decimos que sí a todo) sino con las redes sociales y lo impredecible de un “me gusta”, un comentario o un “share”. Esto provoca que compartamos más y más contenido en cualquiera de las redes sociales, y revisemos con ansias para ver quién reaccionó a nuestro posteo.
  3. La obsesión con los objetivos: Plantearnos objetivos alcanzables es algo muy bueno, nos motiva a llegar a algún lado. Sea escribir diario, hacer ejercicio, ser constantes con una alimentación saludable, nos gusta plantear objetivos. Si son medibles ¡qué mejor! Podemos ver un avance. El tema es cuando planteamos alcanzar equis cantidad de seguidores, lo que nos consume tiempo en las redes sociales. Igual puede ser una obsesión con cuántos pasos damos al día… los dispositivos móviles no dan leves recompensas (como el sonido de una campanita) al alcanzar un objetivo, como los que plantean las aplicaciones de ejercicio, y nos motivan a ir cada día por más, sea mantener nuestra cuenta de días haciendo ejercicios de meditación (“You’re on a 20 days streak!” reza la app que uso para meditar al acabar una sesión), la cantidad de pasos al día, de vasos de agua bebidos, etcétera. Cualquiera es un buen pretexto para voltear a ver el móvil.

Todo ello se conjuga para darnos una adicción difícil de evitar. El lío es que esta adicción pareciera socialmente aceptable (todos lo hacen) y un tanto inevitable (¿cómo es que no tienes celular/redes sociales/WhatsApp?). ¿Qué podemos hacer?

Un buen inicio es hacer conciencia acerca del tiempo que pasamos en el teléfono. Una app que mida el tiempo que pasamos en la pantalla es recomendable (y créanme que pega en el ego ver que uno está en el promedio de 4 horas al día). La que descargué se llama Moment y da unas estadísticas de miedo. Lo siguiente es hacer pequeños cambios:

  1. Desactiva las notificaciones: Las notificaciones son invasivas y nos rompen el flujo de trabajo. Los estudiosos en temas de aprendizaje y concentración han visto que tardamos unos 20 minutos en retomar el flujo de una tarea una vez que ésta fue interrumpida. A mí me pasaba: tenía el celular al lado de la computadora y el hecho de que brillara la pantalla con una notificación me rompía el ritmo. Dejé las notificaciones de WhatsApp porque por trabajo ahí me buscan todos, pero todo lo demás: chitón. Qué bonito es.
  2. Establece momentos sin dispositivos móviles: ¿Qué tal una comida “cell-free”? Procuro al salir con mis amigos que mi celular se quede guardado. Pongo el sonido para darme cuenta si mi madre me llama, pero de ahí en fuera, ignoro el teléfono. Es bonito porque la gente se siente escuchada. ¿O no les parece horrible hablar con alguien que ni los voltea a ver a los ojos porque está en el celular?
  3. Delimita prioridades: No dejes que las notificaciones rijan tu vida y rompan tu ritmo de trabajo. El mismo Alter menciona en su libro que querer tener un mail sin correos sin leer en el trabajo es como pelear contra zombis en películas de Apocalipsis: siempre viene una nueva horda y no tiene caso. Y si ya saliste de la oficina, ¡mañana le sigues!
  4. Disfruta el ocio: Yo he estado buscando no llenar mis espacios de ocio con el celular, la reacción normal de todos: momentos sin actividad equivalen a sacar el celular. A veces somos ridículos: ¿vas a bajar en el elevador 3 pisos? ¡Saca el celular! ¿En serio? Los momentos de ocio y de aburrimiento son necesarios: son cuando tenemos ideas y podemos desarrollar el pensamiento creativo. La adicción a la pantalla está dándole al traste con este proceso.

No te desesperes contigo mismo por usar demasiado los dispositivos móviles, lentamente se han ido apropiando de ciertos espacios que vale la pena recuperar. El primer paso es hacer conciencia de ello. Tampoco se trata de satanizarlos, sino de poner cada cosa en su lugar.

Para saber un poco más del tema, les dejo esta TED Talk del año pasado, con Adam Alter hablando sobre las pantallas:

 [youtube https://www.youtube.com/watch?v=0K5OO2ybueM?rel=0&controls=0]

 

Imagen destacada: Photo by Tofros.com from Pexels https://www.pexels.com/photo/bag-electronics-girl-hands-359757/

Existe una cultura de re-narraciones de historias ya clásicas, creando versiones modernas de cuentos ya conocidos, como Blancanieves o la Cenicienta. Al principio, las primeras historias del tipo que yo llegué a encontrar eran el cuento tal cual, sólo con personajes en la actualidad. El único “refresh” que se hacía de las historias era sacarlas del siglo XVIII o XIX para ponerlos a finales del XX o inicios del XXI.

Estos ejercicios se me hacían simpáticos, y de hecho fueron base para ejercicios de trabajo de redacción cuando di clases de ello en prepa: le pedía a mis alumnos que eligieran un cuento clásico y pusieran a los personajes en el día a día de mis estudiantes. Los resultados a veces eran escabrosos, pues se volvían una ventana a las realidades de los chicos que tomaban clases conmigo (pero eso es tema de otra entrada en el blog).

Tomando este antecedente en cuenta, recientemente fui sorprendida por una novela editada por Quirk Books: Geekerella de Ashley Poston.

La historia nos presenta a Elle, una chica de 17 años que vive con su madrastra y sus hermanastras, las perfectas gemelas. Elle está atrapada en su propia casa, lo único que le queda de la vida que tuvo al lado de su padre, el fundador de la ExcelsiCon y la razón por la que ella ame la serie de culto Starfield. Al mismo tiempo, conocemos a Darien, el joven actor que ha sido elegido para interpretar al Príncipe Carmindor, el protagonista de Starfield en el reboot de esta serie.

Elle está decidida a ganar el premio a mejor disfraz en la ExcelsiCon de este año, lo que le hará tener un pase para el Baile de Gala, conocer a Darrien (a quien quiere decirle exactamente lo que opina de la pésima idea de hacerlo Príncipe Carmindor sólo para atraer a nuevos fans) e ir a la premiere del reboot.

Darien está decidido a demostrar que sí puede ser Carmindor, el personaje que lo acompañó cuando nadie más estaba para él durante su infancia. Darien es el geek de closet perfecto. Elle es la geek bloguera perfecta. Todo apunta a que su encuentro será catastrófico, ¿o no?

Geekerella 1

Narrado a dos voces, cada capítulo inicia con el nombre del narrador (Elle o Darien), sumergiéndonos en las tribulaciones de cada uno y en la forma fortuita en que ambos conectan a través de mensajes de texto.

Esta historia no sólo da un giro a la premisa de Cenicienta, sino que se vuelve una carta de amor a la cultura geek. A veces quizá exagera en la cantidad de guiños que posee, pues sus referencias bien bajadas de Doctor Who, Star Wars y Star Trek pueden llegar a ser demasiado: sólo los verdaderos fans las entenderán, pues Poston no dedica tiempo a explicarlas (cosa que los fans de las series agradecerán).

Elle y Darien son personajes 100% humanos y el cierre de la historia es maravilloso. Esta historia todavía no está disponible en español, pero si pueden conseguirla, les aseguro que no se arrepentirán.

Pueden saber un poco más en la página de Quirk Books.

 

Crédito de la imagen Vinegar

Ustedes lo saben: me gusta mucho leer. Puedo hacer recuentos de los libros que se han quedado conmigo, de las historias que he envidiado, de los mundos que me han cautivado. Pero hace relativamente poco platicaba con un amigo sobre los cuentos que me han causado pesadillas.

Sé que una historia me cala cuando la veo entre mis sueños. Y esas historias son las que más me han impactado. Tengo un serio crush con lo creepy, es decir, me gusta que las historias me provoquen sueños erráticos que me hacen dudar de mi cordura. Son muy pocas las historias que lo han conseguido. Cuatro para ser exactos. Cinco, si contamos el maravilloso cuento Snooze/Light de Sofía Mateos, ex-compañera mía en prepa.

Hoy les quiero platicar de estos cuatro cuentitos y prometo más adelante subir mis traducciones de dos de ellos. En cada título está el enlace para que los puedan leer en línea.

El corazón delator de Edgar Allan Poe

Este cuento es un clásico. Fue publicado por primera vez en la revista The Pioneer en 1843. Yo, lo leí por primera vez en el año 1999, estando en tercer grado de secundaria.  Un asesinato, descuartizamiento y el ocultar al muerto bajo el entablado; en la escena ronda la locura. La culpabilidad carcome al narrador, porque no deja de escuchar el corazón del asesinado. Sí, soñé con corazones latiendo bajo el suelo y con descuartizados.

Edgar Allan Pooh

Edgar Allan Pooh

Each to each de Seanan McGuire

Este cuento fue publicado originalmente en 2014 en la revista Lightspeed Magazine, aunque yo lo conocí en 2015 al ser parte de la maravillosa antología The best american Science fiction and fantasy. Esta antología sale anualmente desde 2015, siendo una recopilación de cuentos publicados en revistas gringas. El de 2015 fue antologado por Joe Hill.

El cuento de la fabulosa McGuire habla de sirenas, criaturas creadas genéticamente para ser parte del ejército. Sólo las mujeres pueden ser sirenas. Y juega con la premisa de ¿qué pasa cuando estos soldados genéticamente creados se vuelven salvajes? Gone rogue sería el término. No quieren saber con qué tipo de tiburones soñé después de leerlo. Es uno de los dos cuentos que prometo traducir.

A guide to the fruits of Hawai’i de Alaya Dawn Johnson

Este cuento también lo leí en la antología The best american Schience fiction and fantasy 2015. El escenario es Hawaii, en una colonia en la época post-apocalíptica. Los vampiros dominan la Tierra y tienen sus granjas donde crían humanos para poderse alimentar. ¿Se imaginan crecer en un mundo así, ser creado exclusivamente para ser “ordeñado” por vampiros? Sobra decir que soñé con vampiros y con una prisión de la que había que escapar. Y piñas. Muchas piñas. Es el segundo cuento que quiero traducir.

Tú sabes quién eres de Alberto Chimal

El primero de los cuentos del libro Los atacantes publicado por Hojas de Espuma en septiembre de 2015, este cuento me causó escalofríos y la extraña sensación de ser constantemente observada por alguien. Súmenle la voz en off que a veces me acompaña (voz narrativa, lo siento, sé que suena medio loco) y el resultado fue una noche de sueños con notas extrañas y una leve paranoia. Este cuento no lo he hallado en línea más que en la muestra que hay en el enlace que les pongo. Pero todo el libro Los atacantes es para generar pesadillas. Si son fans de Black Mirror, este libro es imperdible.

El último cuento que me ha causado pesadillas es de Sofía Mateos y lo leyó por primera vez en el Taller de Creación Literaria de la Escuela Tomás Alva Edison. Yo aún lo tengo, después se los he de compartir también.

A ustedes ¿hay historias que les calen hasta los sueños?

El autor invitado para julio es el escritor mexicano Alberto Chimal

Este año (en febrero) se inició una propuesta: un encuentro literario cada último miércoles de mes, reuniendo a diversos escritores locales y nacionales con sus lectores con el fin de crear una íntima relación entre el proceso de creación y el de lectura.

Se trata de un evento literario organizado por la Secretaría de Cultura del estado de Jalisco con el Fondo de Cultura Económica.

Para el mes de julio, el invitado es el escritor mexicano Alberto Chimal, quien, junto con el también autor James Nuño, originario de Guadalajara, darán lectura a una selección de su narrativa breve, y al final el público podrá dialogar con ambos literatos.

La cita es el próximo miércoles 26 de julio, a las 20:00 horas, en el edificio Arroniz de la Secretaría de Cultura de Jalisco (Reforma #425, Edificio de la Ex XV Zona Militar. Calle Reforma esquina Zaragoza, Guadalajara, Jalisco), y la entrada es libre para todo público. También será transmitida en la TV cultural del Gobierno de Jalisco.

¡No se lo pueden perder!

*Para conocer más de Alberto Chimal, te recomiendo visitar su sitio web Las Historias, así como seguirlo en Twitter y Facebook

**La foto elegida para este post fue tomada del perfil público de Facebook de Alberto y es sólo con fines ilustrativos.

 

Hace años yo era de las niñas que no se atrevían a decir que eran feministas. En gran medida porque mis primeros encuentros con el feminismo fueron chocantes, por decir lo menos, como una maestra de redacción que humillaba a los hombres del grupo por el hecho de ser chicos.

Sin embargo, varias charlas con amigas muy queridas, una mayor conciencia de lo que ocurre con las mujeres en México y en el mundo, y una vaga noción de que lo que yo había conocido como “feminismo” tal vez no era realmente “the real deal”.

Decidí ponerme a leer al respecto y en mi aventura de conocer más, di con el libro de Roxane Gay Bad feminist.

Se trata de un libro de ensayos que van desde lo muy personal hasta lo racial, temas de género, sociedad, cultura y la definición de feminista de Gay.

La autora se presenta a sí misma como una mala feminista porque no siempre vive a la altura de los preceptos del movimiento. Sin embargo, marca con mucha razón si me lo preguntan, que el gran problema del feminismo hoy en día es que ponemos todo el peso del movimiento en la persona en turno que funge de estandarte. En el momento en que la persona mete la pata, tumbamos la idea de feminismo.

Recientemente pasó que Emma Watson, notable estandarte feminista, posó para una revista de una forma atrevida (no me atrevo a decir que fue semidesnuda porque sí tenía ropa, pero de menos era provocativa). El internet se le fue encima: “¿Cómo siendo feminista se atreve a posar así?”.

Prueba A de que lo que dice Gay es cierto. Emma Watson sigue siendo una mujer que lucha a favor de la equidad para las mujeres. Pero esta idea atroz de que una feminista no puede ser femenina (no se depilan, no usan tacones, no les gusta el maquillaje y por supuesto, odian a los hombres) hizo que el internet la quisiera quemar viva.

El primer ensayo del libro me costó trabajo porque no hice click, pero de ahí en adelante me fui como gorda en tobogán: la forma en que Gay entreteje cultura pop, el internet y temas pertinentes al feminismo es casi mágica.

Gay toca desde 50 sombras de Grey, hasta Twilight para marcar sus puntos. Es un libro conmovedor (muy humano, muy real, muy crudo) hace replantear las ideas sobre el feminismo. Además, es un punto de vista más enriquecedor pues Gay es de ascendencia haitiana: mujer, de padres extranjeros en Estados Unidos, de color. ¿Listos para saber lo que es ser una mala feminista?

Este libro me parece una puerta abierta de par en par para tumbar ideas viejas no sólo sobre feminismo, sino sobre temas raciales y la cultura en que estamos sumergidos.

Les dejo una breve intro (escrita por la misma autora) en Buzzfeed acá

A mí nadie me dio un manual para saber ser mujer en esta vida. Nadie me advirtió que iba a enfrentarme a una sociedad en la que si algo me pasa, seguramente va a ser mi culpa porque yo me lo busqué: por estar sola, por vestirme con ropa ajustada, por ser yo. Tampoco me advirtieron que mi autoimagen iba a ser puesta en tela de juicio más veces al día de lo que uno imagina.

Hace poco, al quejarme con un amigo muy querido de que me siento incómoda con mi cuerpo, él me dijo que era bonita así como soy. Que no debería martirizarme tanto ni mucho menos obsesionarme con el físico.

Tiempo atrás alguien me echó pleito por ser “demasiado”: demasiado intensa, demasiado ocurrente, demasiado inteligente. “Te vuelves insoportable”, remató. Porque no soy sumisa, tímida, callada, reservada, abnegada…

Dos buenas amigas mías me dijeron que eso pasa cuando una es feminista. ¿Feminista yo? Jamás me había catalogado con esa etiqueta (tan vituperada y mal vista ahora). De feminismo entendía poco o casi nada.

Decidí que era momento de conocer más, de entenderlo, de encontrarme en las voces de otras mujeres y, quizá, aprender a ser mujer en el siglo XXI.

Así cayó entre mis manos el libro “How to be a woman” de la periodista británica Caitlin Moran. El libro autobiográfico de Moran habla de varios temas que a mí (y seguramente a otras mujeres) me preocupan. ¿Por qué la ropa de diseñadores nunca queda bien y es tan cara? ¿Por qué el afán de usar tacones si son tan incómodos (y tan caros… bueno, toda la ropa es cara, tan cara)? ¿Qué hacer cuando una se enfrenta a comentarios sexistas, particularmente cuando son tan velados que te cae el veinte de ESPERA, ESO FUE SEXISTA horas después? ¿Qué pasa con el aborto? ¿Por qué es un pecado cumplir más de 30 años si eres mujer? ¿Es válido como mujer no querer tener hijos?

Con un humor sumamente ácido para tocar temas que invitan a la reflexión profunda, Moran nos cuenta que en realidad sigue sin aprender a ser mujer del todo, pero se quiere como es.

El libro es ampliamente recomendable tanto para hombres como para mujeres: plantea temas que quizá una como mujer siempre ha pensado pero no se atreve a cuestionar, y que como hombre va a ser bueno que se empiecen a enterar, caballeros.

Sigo sin saber ser mujer, porque creo que me estoy redefiniendo constantemente, ¡yei! Pero ya no me acongoja (tanto) no encontrar un camino definido. Vamos de gane.

Hablemos de las propuestas para el primer cuatrimestre del año

Con el inicio de un nuevo año, llega un sin número de listas de retos, propósitos, recuentos anuales et al. He visto ya varias imágenes de retos de Lectura para este año y si bien son buenas propuestas, no me convencen del todo.

Yo sé que debo un post sobre recomendaciones para este año, basándome en el libro favorito del año pasado de varios de mis amigos y conocidos, pero como me salieron con muchos que desconozco (ergo, debo investigar un poco para no hacer las cosas al aventón) mientras les propongo un ejercicio, aparte. Ustedes saben que en general leo cosas de la llamada Literatura de la Imaginación, así que mis recomendaciones tienden a inclinarse hacia esos lares, aunque no significa que siempre recomiende algo del tipo.

Es una sugerencia de lectura para, al final del 2017, haber leído al menos 12 libros (13 si consideramos un bonus que pondré para diciembre). La imagen ya la dejé en mi Facebook y mi Twitter, pero pongo a continuación el listado y un par de sugerencias. Los libros que pongo a continuación son sugerencias, pero no se trata de que lean esos libros si deciden entrarle al reto. De hecho, me gustaría saber qué van a leer ustedes: los invito a que compartan conmigo lo que leen. Y también ¡acepto sugerencias de hashtag para Instagram y Twitter!

lectura-2017

Enero: Un libro de cuentos

Los cuentos son un buen calentamiento, creo yo, para leer un libro completo en un mes. Uno puede leer un cuentito al día y de repente ¡pum! Ya acabó el libro.

Demasiada felicidad. Alice Munro.  (Es el que voy a leer) Un buen día caminando en un tianguis de libros de viejo, a donde me llevó un querido amigo, observé el libro ahí y le comenté a mi amigo que jamás había leído algo de Alice Munro. Acto seguido, mi amigo me regaló este libro. Con él pretendo iniciar el año.

  • Cuentos inolvidables según Julio Cortázar. Antología. Aquí caben desde Borges hasta Carrington, pasando por Poe y Tolstoi. Lo edita Alfaguara.
  • La tienda de los sueños. Antologado por Alberto Chimal. Casi un siglo de cuentos (de la Literatura de la Imaginación) mexicanos.
  • After the people’s lights have gone off. Stephen Graham Jones. Cuentos de terror. En inglés.
  • The best american science fiction and fantasy 2015. Editado por Joe Hill. Es una BOMBA. Está en inglés y se consigue en El Péndulo.

Tienda sueños

Bonus: Si son fans del Kindle: Help me fund my robot army and other improbable crowdfunding projects. Sólo disponible en digital (buuu, yo muero por leerlo y no lo he conseguido, pero ya leí uno de los cuentos de la antología). El formato de TODOS los cuentos es como una página/proyecto de Kickstarter. Es un ejercicio narrativo muy interesante. Lo consiguen acá

Febrero: Fantasía escrita por una mujer

Hay autores de fantasía muy chidos y ya de culto. Neil Gaiman (mi amor), Terry Pratchett, Philip K. Dick, Edgar Allan Poe, H. P. Lovecraft (los dos últimos mis gurús literarios cuando me inicié en los caminos de la escritura), pero también hay autoras MARAVILLOSAS. ¿Cuánto han leído escrito por mujeres? Yo caí en la cuenta de que no había leído a tantas mujeres y pues, ampliar los panoramas cae bien.

Brave Story. Miyuki Miyabe. (Es el que voy a leer) OK, me estoy poniendo un standard medio complicado porque es un tabicote de casi 900 páginas para leer en el mes más corto del año (¡gulp!). Pero es una historia casi de culto que ya ha sido re-editada como manga y como libros artísticos y locos como sólo los japoneses saben hacerlo. Así que ¿por qué no?

brave-story

  • Cuando Santa cayó del cielo. Cornelia Funke. Lo edita Siruela en conjunto con el Fondo de Cultura Económica y es una historia muy bonita. Además, trae unas ilustraciones muy monas.
  • The girl of ink and stars. Kiran Millwood Hargrave. Ya les había dicho que es una historia escrita por una chica inglesa que me cautivó por la sencillez y por la valentía de Isa, su protagonista.
  • Loba. Verónica Murguía. Dragones, magia, amor, lobos, batallas épicas, maldiciones, todo en esta historia de autora mexicana que le mereciera el Premio Gran Angular de SM hace un par de años.
  • Magonia. Maria Dahvana Headley. Ya debo tenerlos hartos con esto, pero es que en serio: ¡hay que leerlo!
  • Reckless. El goyl de Jade. Cornelia Funke. El inicio de la Saga del Espejo, cuyo final no ha salido (pero ya tiene tres libros publicados). Imaginen que todo lo que escribieron los Hermanos Grimm está basado en un mundo real, que se encuentra del otro lado del espejo. Un chico, Jacob Reckless, es cazador de tesoros ahí. Y de repente, su hermano menor se pierde en ese mundo…

 

Marzo: Algo escrito por un autor mexicano

A veces me da un poco de cruda moral el saber de tantos autores extranjeros y saber tan poco de los propios. Así que qué tal abrir algo de nuestros compatriotas.

Xanto. Una novelucha libre. José Luis Zárate. (Es el que voy a leer) Pendiente en mi eterna lista de pendientes, ahora es cuando sumergirse en esta historia.

xanto

  • Ojos llenos de sombra. Raquel Castro. Fue premio Gran Angular hace algunos años. La historia de Atari tomando una decisión trascendental para su vida va acompañada de mucha música y vibra dark.
  • La torre y el jardín. Alberto Chimal. Es una novela compleja. Horacio Kustos sale en ella. Le tomó muchos años a Alberto escribirla y fue finalista en el Premio Rómulo Gallegos. Se van a sorprender.
  • Adiós a Dylan. Alejandro Carrillo. Con esta novela Ale, director del sitio Tinta Chida, ganó el premio Mauricio Achcar 2016.  Curiosamente cuadró perfecto con el Premio Nobel de Literatura del año pasado.
  • El ladrón de sueños. BEF. Videojuegos. Niños que no pueden despertar. Heroísmo al pelear contra las pesadillas. Geek, mágico y gamer hasta la pared de enfrente.

Abril: Un libro para niños (o catalogado LIJ)

Insisto en que el público más complicado es el infantil. Es el más exigente. Por eso suelen ser las historias más ocurrentes (y las menos condescendientes) las que trascienden en este ramo.

El hombre que fue un mapa. Ignacio Padilla. (Es el que voy a leer) Supe la conmoción (y la tristeza) que la pronta partida de Ignacio Padilla provocó entre los que lo conocieron. Y aunque este libro existe en la biblioteca y mi hijo lo amó, yo no lo he leído. Llegó el momento.

mapa

  •  El libro salvaje. Juan Villoro. Ya es un clásico entre los fanáticos de la LIJ. De repente uno se da cuenta de que, a veces, son los libros quienes lo escogen a uno.
  • El Mago desinventor. Marco Costa. Sigue siendo de mis favoritos de la colección A la orilla del viento del Fondo de Cultura Económica. Un mago se harta del mundo desgastado por los humanos y desinventa todo: coches, televisión, radio… una pandilla de niños entra a casa del Mago para saber qué ocurre y acaban cayendo en dos futuros alternos.
  • Nicolás San Norte y la batalla contra el rey de las Pesadillas. Wiliam Joyce. ¿Vieron la película de Dreamworks “El origen de los guardianes”? Se basa en la saga de Guardianes de William Joyce y la primera parte nos presenta a Nicolás San Norte, y cómo se convirtió en el héroe de todos los niños. Oscura por momentos, no es la típica historia sobre Santa Claus.
  • Cómo entrenar a tu dragón. Cressida Cowell. Spoiler alert: No tiene NADA que ver con la película de Dreamworks. Es una historia muy divertida (me hizo soltar carcajadas) aunque Chimuelo no es como el séptimo arte nos lo pinta.

Ahí las sugerencias del primer cuatrimestre del año. ¿Qué agregarían? Anímense. Compartan conmigo sus lecturas de este 2017.