Cronómetro 6
Imagen de Tanapol Kaewpring vía Baby Solís Serrano
“Escucha la mar y deja fluir todo. Ya no te contengas. No tienes por qué guardarte todo, dejando que te queme lentamente por dentro. Déjalo ir. No hablo de esa pseudopsicomagia que todo usan, esas ideas que suenan a budismo mal aplicado. No, en serio: deja ir el coraje, el dolor, que las lágrimas corran hacia al mar. Al final es lo que siempre quisiste ser: uno con el mar, con esa alma blanca y ese perder las emociones y encontrando el punto de luz en la negrura de tu vida.
Déjate ir. Ya está aquí, ya te podemos liberar. No ardas más ni aquí en la Tierra ni en el Infierno. Ya no hay dios ni diablo al cual responderle. Sólo eres tú con el mundo: uno con el mundo. Así debió ser siempre, así será para la eternidad. Suelta todo lo que ese cuerpo triste y enfermo te hace mantener aquí, y deja que las lágrimas y el humo purifiquen tu alma.”
Los gritos, lejanos, se iban apagando mientras Emma leía esas palabras. Ella decía que no odiaba a nadie, que no había rencor en su vida. Que todo se podía purificar. Por eso mismo estaba purificando con fuego al infiel de Carlos y a esa mujer con la que salía, encerrados en esa trampa. Para ella no era un funeral vikingo en vida: era redención.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!