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Durante el mes de septiembre leeremos “La noche en la Zona M” en el Círculo fantástico. Esta historia es una novela juvenil escrita por Alberto Chimal y publicada por Fondo de Cultura Económica. Se considera literatura especulativa dado que nos traza un mundo distópico posible: ¿cómo sería la otrora Ciudad de México después de la caída del mundo?

Sobre el libro

La historia sigue los últimos 15 días de Sita, su abuela Lucina y Celeste en el Reino del Centro, antes de realizar la huida. Cada capítulo es narrado por una de las protagonistas. Así, la historia va interconectando distintos puntos de vista. Es un ejercicio narrativo interesante considerando que son generaciones diferentes las que están hablando. Además, Alberto refiere que fue complicado contar esta historia porque hay muchas preguntas sobre el mundo creado que se deben resolver: ¿cómo entiende el mundo una chica que nunca vio lo que nosotros conocemos? Para ella ideas/palabras como “camellones” son anticuadas y la posibilidad del cine como un lugar al cual ir a ver películas en una pantalla enorme es una hermosa y poco probable fantasía, por ejemplo.

Cuando hablamos de literatura especulativa, hablamos de las posibilidades que vemos a futuro tomando en cuenta los elementos que ya conocemos. Se trata, pues, de especular sobre las probabilidades de que algo ocurra. No siempre se trata de un ejercicio de desesperanza. Si bien lo que nos cuenta Alberto podría ser un “abandonad toda esperanza” al plantearnos un mundo donde las mujeres otra vez son una moneda de cambio y tienen el propósito de mantener a la especia viva, hay una esperanza en el fondo de todo esto.

De esta novela G y yo tenemos en el canal de YouTube la narración en voz alta que hicimos durante 2020. Pueden escuchar la primera parte aquí:

También ya hemos platicado con él sobre su proceso creativo en IGTV:

 

Curiosidades sobre el mundo narrativo de Alberto Chimal

Sin que fuera así su plan original, Alberto tiende a armar sus mundos a través de diferentes historias. Lo hizo en el pasado con Horacio Kustos, personaje que viaja entre mundos/dimensiones y que aparece en la novela gráfica homónima, el libro de cuentos “El último explorador”, así como en el libro para niños “Cartas para Lluvia” y en la novela para adultos “La torre y el jardín”. El universo de “La noche en la Zona M” tiene otras piezas fuera de la novela. Celeste, su génesis, aparece en el libro de cuentos “Manos de lumbre”. A ella la conocemos en el cuento “La segunda Celeste”. La idea de la caída del mundo se desarrolla en el cuento “El gran experimento” que fue publicado en la revista de la UNAM.

 

📚 El Círculo Fantástico es un club de lectura de gente que ama las historias  imaginativas. Nos reunimos los sábados en la mañana cada 15 días. Es una actividad que dirjo de forma gratuita y que se maneja a distancia. Si te interesa unirte, puedes llenar este formulario.

O lidiar con el duelo colectivo

Traigo una pena muy grande atravesada en el corazón y estos días no han hecho más que incrementarla. Desde más o menos Navidad he sentido al virus del COVID-19 más cerca, más tangible. En ningún momento, desde que en marzo de 2020 nos mandaron quedarnos en casa, he llegado a pensar que el virus sea falso, no me vayan a mal entender. Sin embargo, para mí seguía siendo algo lejano. Por fortuna, prácticamente todos mis cercanos podían quedarse en casa y lo estaban haciendo. Y quienes no podían se cuidaban muchísimo. Entonces me sentía en esta burbuja de seguridad: si seguimos cuidándonos nada pasará. Como mantra. Como escudo. Como canción de cuna. Todo está bien, nosotros estamos bien.

Cuando dejamos de estar en semáforo rojo, convencí a mi mamá y mi hermana de irnos a encerrar en una casa con alberca. No porque quisiéramos fiesta, sino que a medio año de estar encerrados necesitaba un poco de sol al menos, despejar mi cabeza, cambiarle el paisaje a mi hijo. Y estar con mi familia. Seguimos trabajando y agradeciendo cada segundo: tenemos un trabajo que nos deja estar en casa, tenemos salud, no nos falta nada.

Claro, me pesa mucho el no ver a mi gente. Mi círculo cercano es el oasis y una de las mayores bendiciones de mi vida. Ya en abril escribía sobre el duelo en que estábamos a nivel mundial. En ese texto menciono:

Para mí la felicidad siempre ha estado en mi pequeña red de apoyo, esas personas que han estado en las buenas, en las malas y en las peores. Sentirme lejos de ellos porque tenemos que estar en casa me tiene en un estado de constante agobio.

¡Y apenas era abril! Estamos a poco tiempo de llegar a un año de, en mi caso, estar trabajando desde casa. Eso significa también casi un año de no ver a mis amigos o verlos a la distancia, con cubrebocas, con espacio amplio entre nosotros y extraños rituales que nos impiden abrazarnos, bajar la guardia, estar en paz. En diciembre una de mis amigas me ayudó porque de alguna forma acabé de encargada de armar los regalos de Navidad para todos en mi oficina y necesitaba cajas. Mi mejor amigo dio con un lugar donde vendían cajas a buen precio y Male me dijo que me daba aventón para poder ir a comprarlas. Aprovechamos la ida para platicar. Diciembre siempre es un mes pesado para ella por su línea de trabajo. Cuando me dejó en mi casa me dijo que extrañaba eso, simplemente platicar. Sonreí, aunque no creo que se notara con mi cubrebocas, porque yo también extrañaba estar en el coche con ella, platicando de la vida.

Lo digital no quita la distancia

Paso mucho tiempo frente a la computadora. De mis mejores compras fue ponerle filtro para luz azul a mis lentes. Me sorprendió bastante que en 2020 no incrementara más que una cosa risible mi miopía. Tanto tiempo frente a la compu pensé que me iba a salir más caro en salud visual. Toda mi vida se volvió digital (como la de muchos, claro). Trabajo, juego de rol, reuniones de las Geek Ladies, Círculo de Lectura, clases…

Cuando llegó mi cumpleaños en octubre no quise hacer yet another reunión virtual. Parecía berrinche y muchos me dijeron que simplemente era una más en la lista de cumpleaños arruinados. Pero (y perdón gente de marzo, abril y mayo) el desgaste mental para octubre nada que ver con los primeros cumpleaños arruinados. La distancia pesa cada vez más y el cuidado de la salud mental nunca había sido tan importante.

Las pantallas me tienen cansada. Se vuelve un peso mayor para mi mente. Y está comprobado que es más complicado para el cerebro procesar las reuniones virtuales que las reales. No sólo por el tema del contacto humano sino por la cantidad de información que le estamos aventando al cerebro. En un reunión de Zoom o Meet, con las cámaras prendidas, son muchas cosas pasando al mismo tiempo en el mismo plano. En este caso, en la misma pantalla, y es un gran distractor para el cerebro. ¿A qué le pones atención? En persona volteas a ver a quien está hablando (o no) y tu atención se puede enfocar en un punto en particular.

Pero ¿no prender las cámaras? Doy clases y es horrible sentirte en sesión espiritista: le hablas al vacío y rezas porque alguien te conteste, por recibir una señal de vida y que todo lo que estás explicando está llegando a buen puerto. En el aula de menos puedes ver el interés, el aburrimiento o el vacío irredento de quien está soñando despierto reflejado en los ojos de los alumnos. Puedes decirles que por favor guarden el celular y pongan atención, puedes ver sus caras y relacionarlas con sus nombres. Me precio de tener buena memoria y poder crear una buena relación con mis alumnos. Hoy no les puedo decir más de ¿diez? ¿quizá quince si me esfuerzo? nombres de mis alumnos. Son los que participan. Son los que además de un nombre en la pantalla tienen una voz que identifico y que me hace ver que no estoy como merolico frente al vacío informático. Tuve 100 alumnos este semestre y no creo haber conectado con ninguno. Eso me entristece infinitamente. Una de las cosas que amo de enseñar es justo ver esa luz maravillosa cuando “cae el veinte” o algo cobra sentido en la cabeza de un alumno. Cuando todo lo que les digo llega y hace clic. Fue un semestre desgastante. Había un mundo de distancia entre mis alumnos y yo.

Esa distancia ya me pegaba demasiado como para querer una reunión más de Zoom o Meet para estar con mis amigos en mi cumple. Ese cansancio mental que propicia un día de más de 14 horas frente a la pantalla me quitaba toda la alegría de pensar en platicar con mis amigos. De hecho ha habido un par con quienes he preferido tener largas llamadas telefónicas (y miren que tras años de trabajar en call centers, prefiero evitar el teléfono como medio de comunicación) o largas notas de audio en lugar de más tiempo frente a la pantalla. Al menos escucharlos “hablándome al oído” los siento más cerca.

Este temor que no me deja

En Navidad falleció la abuelita de uno de mis amigos de más tiempo. Él también estaba enfermo. Fue complicado. Mis amigos y yo, los de la prepa, hemos enterrado ya a varios padres y hemos estado acompañándonos en los funerales. Luego supe que mi mejor amigo también estuvo enfermo, aunque prácticamente asintomático. Luego el hermano de una de mis mejores amigas. Y de repente: el COVID-19 está más cerca que nunca.

Esta semana van dos personas que mandan mensajes a chats grupales para insistir en que nos cuidemos. Primero fue mi jefe. Luego una amiga. El mensaje, palabras más o palabras menos, es el mismo: la cosa se pone cada vez más fea y de verdad debemos aprovechar que podemos estar en casa para, duh, quedarnos en casa y evitar contagiarnos. Y entonces, el miedo me atenaza porque cada vez es más tangible que la pandemia está lejos de acabarse.

Intento pensar en esto que por ahí del 3 de diciembre publicaba el Dr. Mauricio González en sus historias de Instagram:

Vale la pena seguirlo, su información es muy aterrizada, digerible y siempre comprobable

Hoy de plano no hallaba las ganas necesarias para vestirme. Coincidió que vi un post de Hitzuji donde decía que se sentía desanimada. Entendí perfecto el sentimiento. Si hoy hubiera podido cancelar el trabajo y quedarme en pijama todo el día, hecha bolita en mi cama, habría estado menos tristona, creo. Me obligué: me obligué a trabajar al menos un poco, a bañarme y vestirme, a hacer un poco de ejercicio incluso. Siento que no puedo dejarme ir por completo ante esta tristeza/angustia/enojo. Ante este duelo. Un duelo que se sigue extendiendo. Siento que no puedo seguirme descuidando, porque eso bajaría mis defensas y entonces hay mayor riesgo. No siempre voy a estar upbeat, claro. No es que quiera vivir en un falso optimismo. Está bien no estar bien. Pero no está bien descuidarme por completo.

Ahora pienso: ¿cuántos se habrán confiado, anclados en un pensamiento mágico, a que con el cambio de año esto iba a mejorar? Bien lo menciona Alberto Chimal en esta nota en su blog:

Podría parecer que no hace falta decir lo anterior, pero esta es una era de pensamiento mágico: no faltará quien crea que, dado que 2020 ha sido el Año Nefasto, el Año de las Catástrofes, el Año de la Peste y el Encierro, bastará completar la vuelta tradicional alrededor del Sol para apagar el interruptor de las tribulaciones.

En definitiva esto no se ha acabado y siento que más que nunca, no podemos bajar la guardia. Es poco probable, si pensamos en la estadística, que no nos contagiemos en algún punto. Lo importante es que no seamos todos al mismo tiempo, para que la atención en los hospitales alcance de verdad. ¿Y entonces?

Alguien explíquele a mi corazón apachurrado que esto eventualmente pasará, que de verdad estar en casa es lo mejor que puedo hacer para volver a abrazar a mis amigos, hacer cenas, beber vino con mi equipo de trabajo. Alguien ayúdele a mi cabeza a no cargar en segundo plano el estrés del miedo a enfermarme y que deje de darme migraña. Alguien dígame que de verdad podré abrazar a mis seres queridos y podré dejar de sentir este duelo que parece infinito y que hoy me ahoga el alma.

https://www.instagram.com/p/CJ8v_HeDBK1/?utm_source=ig_web_copy_link

El inicio de año siempre es esa oportunidad para hacer propósitos, plantearnos objetivos y hacer cambios en nuestra vida. O para retarnos a salir de nuestra zona de confort.

Si bien yo no creo en los propósitos (me gusta más plantearme un par de objetivos a cumplir durante el año y trabajar para alcanzarlos) me gusta mucho ver qué retos surgen en las redes sociales. Hay retos de todo tipo: para escribir, para leer, para ser mejor persona. Es por eso que hoy les traigo un par de retos que he visto que se han lanzando en las redes sociales.

Retos de Lectura

Primer reto anual de Los Comicólogos: 12 cómics para vivir un año increíble

Los Comicólogos es un grupo de chicos que leen y hablan sobre cómics. Es por eso que su reto de lectura es, claro, de lectura de cómics. Es un reto intenso que ellos mismos clasifican como de dificultad mediana. Si es su acercamiento a los cómics tal vez no sea tan fácil entrarle a todas las opciones que ellos plantean, pero ¡hey! Hay que explorar alternativas ¿no? Conozcan el reto completo aquí.

Reto Comicólogos

12 libros en un año: Catadores de Libros

La cuenta de @catadoresdelibros lanzó un reto sencillo de lectura. Un libro por mes, donde hay que cumplir con una característica. Este reto ya se volvió viral (quizá por la simpleza del mismo) y es ideal para empezar a leer.

retolector

Reading Challenge: Goodreads

Cada año, la plataforma para compartir tus lecturas, citas y autores favoritos invita a sus usuarios a retarse a sí mismos poniendo una cantidad de libros para leer en el año. Acá la idea es poner un número e ir registrando a lo largo del año las lecturas hechas. Uno puede ver qué retos se han impuesto sus amigos. Si eres fan de la plataforma Goodreads, seguramente ya estás familiarizado con este reto tan sencillo o tan complicado como desees imponerte.

Retos de Escritura

#Escritura2018

El año pasado a través de sus transmisiones de Periscope (que ya han migrado a transmisiones en YouTube) los escritores mexicanos Alberto Chimal y Raquel Castro lanzaron la iniciativa #Escritura2017 para cumplir un objetivo de escritura. No era un taller ni nada similar, simplemente compartir con el mundo algo escrito, mientras que Alberto y Rauqel lanzaban cada mes ideas para trabajar mejor como escritor.

Este año, la iniciativa regresa con más fuerza: #Escritura2018. El reto lo pones tú mismo: el chiste es escribir. Los videos que suben Alberto y Raquel son un buen apoyo. El hashtag sirve para encontrar en Twitter a los que participan, comparten dudas y herramientas y vuelven un trabajo personal en algo compartido. Conozcan la invitación a escribir aquí.

Reto semanal de escritura: 52 semanas para escribir

Jorge Tirzo lanzó una serie de ideas para escribir este año. Son 52, una por semana, porque como él mismo explica, funciona mejor cuando tiene fechas de entrega. Es un reto que queda a la par de #Escritura2018 y que da buen punto de partida si la idea es ejercitar la pluma. Pueden ver el listado acá.

Retos de mejora personal

#BohoBerryChallenge

Los que son parte de la comunidad de BuJo conocen a Kara Benz, aka Boho Berry (o de menos la han visto mencionada) que es una de las grandes gurús que hay al respecto del uso del Bullet Journal como herramienta de productividad y de autocuidado. El autocuidado no es sólo el hecho de darse tiempo para uno mismo, sino también el hacer pausas para ver cómo estamos y a dónde vamos.

Por eso, los retos que ella lanza mes con mes (que acaban siendo 365 días de reflexión) se me hacen ideales. Cada mes, ella saca un listado de los “prompts” para reflexionar, todos alrededor de la temática del mes. El de enero es para ver dónde está cada quién, un buen punto de partida para analizar a dónde queremos llegar este año. La actualización es en el blog de Kara y pueden ver el reto de enero acá.

BBC-JAN

¿Qué dicen? ¿Se apuntan a algún reto? ¿Qué retos son los que les interesan?

 

Crédito de la imagen Vinegar

Ustedes lo saben: me gusta mucho leer. Puedo hacer recuentos de los libros que se han quedado conmigo, de las historias que he envidiado, de los mundos que me han cautivado. Pero hace relativamente poco platicaba con un amigo sobre los cuentos que me han causado pesadillas.

Sé que una historia me cala cuando la veo entre mis sueños. Y esas historias son las que más me han impactado. Tengo un serio crush con lo creepy, es decir, me gusta que las historias me provoquen sueños erráticos que me hacen dudar de mi cordura. Son muy pocas las historias que lo han conseguido. Cuatro para ser exactos. Cinco, si contamos el maravilloso cuento Snooze/Light de Sofía Mateos, ex-compañera mía en prepa.

Hoy les quiero platicar de estos cuatro cuentitos y prometo más adelante subir mis traducciones de dos de ellos. En cada título está el enlace para que los puedan leer en línea.

El corazón delator de Edgar Allan Poe

Este cuento es un clásico. Fue publicado por primera vez en la revista The Pioneer en 1843. Yo, lo leí por primera vez en el año 1999, estando en tercer grado de secundaria.  Un asesinato, descuartizamiento y el ocultar al muerto bajo el entablado; en la escena ronda la locura. La culpabilidad carcome al narrador, porque no deja de escuchar el corazón del asesinado. Sí, soñé con corazones latiendo bajo el suelo y con descuartizados.

Edgar Allan Pooh

Edgar Allan Pooh

Each to each de Seanan McGuire

Este cuento fue publicado originalmente en 2014 en la revista Lightspeed Magazine, aunque yo lo conocí en 2015 al ser parte de la maravillosa antología The best american Science fiction and fantasy. Esta antología sale anualmente desde 2015, siendo una recopilación de cuentos publicados en revistas gringas. El de 2015 fue antologado por Joe Hill.

El cuento de la fabulosa McGuire habla de sirenas, criaturas creadas genéticamente para ser parte del ejército. Sólo las mujeres pueden ser sirenas. Y juega con la premisa de ¿qué pasa cuando estos soldados genéticamente creados se vuelven salvajes? Gone rogue sería el término. No quieren saber con qué tipo de tiburones soñé después de leerlo. Es uno de los dos cuentos que prometo traducir.

A guide to the fruits of Hawai’i de Alaya Dawn Johnson

Este cuento también lo leí en la antología The best american Schience fiction and fantasy 2015. El escenario es Hawaii, en una colonia en la época post-apocalíptica. Los vampiros dominan la Tierra y tienen sus granjas donde crían humanos para poderse alimentar. ¿Se imaginan crecer en un mundo así, ser creado exclusivamente para ser “ordeñado” por vampiros? Sobra decir que soñé con vampiros y con una prisión de la que había que escapar. Y piñas. Muchas piñas. Es el segundo cuento que quiero traducir.

Tú sabes quién eres de Alberto Chimal

El primero de los cuentos del libro Los atacantes publicado por Hojas de Espuma en septiembre de 2015, este cuento me causó escalofríos y la extraña sensación de ser constantemente observada por alguien. Súmenle la voz en off que a veces me acompaña (voz narrativa, lo siento, sé que suena medio loco) y el resultado fue una noche de sueños con notas extrañas y una leve paranoia. Este cuento no lo he hallado en línea más que en la muestra que hay en el enlace que les pongo. Pero todo el libro Los atacantes es para generar pesadillas. Si son fans de Black Mirror, este libro es imperdible.

El último cuento que me ha causado pesadillas es de Sofía Mateos y lo leyó por primera vez en el Taller de Creación Literaria de la Escuela Tomás Alva Edison. Yo aún lo tengo, después se los he de compartir también.

A ustedes ¿hay historias que les calen hasta los sueños?

El autor invitado para julio es el escritor mexicano Alberto Chimal

Este año (en febrero) se inició una propuesta: un encuentro literario cada último miércoles de mes, reuniendo a diversos escritores locales y nacionales con sus lectores con el fin de crear una íntima relación entre el proceso de creación y el de lectura.

Se trata de un evento literario organizado por la Secretaría de Cultura del estado de Jalisco con el Fondo de Cultura Económica.

Para el mes de julio, el invitado es el escritor mexicano Alberto Chimal, quien, junto con el también autor James Nuño, originario de Guadalajara, darán lectura a una selección de su narrativa breve, y al final el público podrá dialogar con ambos literatos.

La cita es el próximo miércoles 26 de julio, a las 20:00 horas, en el edificio Arroniz de la Secretaría de Cultura de Jalisco (Reforma #425, Edificio de la Ex XV Zona Militar. Calle Reforma esquina Zaragoza, Guadalajara, Jalisco), y la entrada es libre para todo público. También será transmitida en la TV cultural del Gobierno de Jalisco.

¡No se lo pueden perder!

*Para conocer más de Alberto Chimal, te recomiendo visitar su sitio web Las Historias, así como seguirlo en Twitter y Facebook

**La foto elegida para este post fue tomada del perfil público de Facebook de Alberto y es sólo con fines ilustrativos.

 

Hablemos de las propuestas para el primer cuatrimestre del año

Con el inicio de un nuevo año, llega un sin número de listas de retos, propósitos, recuentos anuales et al. He visto ya varias imágenes de retos de Lectura para este año y si bien son buenas propuestas, no me convencen del todo.

Yo sé que debo un post sobre recomendaciones para este año, basándome en el libro favorito del año pasado de varios de mis amigos y conocidos, pero como me salieron con muchos que desconozco (ergo, debo investigar un poco para no hacer las cosas al aventón) mientras les propongo un ejercicio, aparte. Ustedes saben que en general leo cosas de la llamada Literatura de la Imaginación, así que mis recomendaciones tienden a inclinarse hacia esos lares, aunque no significa que siempre recomiende algo del tipo.

Es una sugerencia de lectura para, al final del 2017, haber leído al menos 12 libros (13 si consideramos un bonus que pondré para diciembre). La imagen ya la dejé en mi Facebook y mi Twitter, pero pongo a continuación el listado y un par de sugerencias. Los libros que pongo a continuación son sugerencias, pero no se trata de que lean esos libros si deciden entrarle al reto. De hecho, me gustaría saber qué van a leer ustedes: los invito a que compartan conmigo lo que leen. Y también ¡acepto sugerencias de hashtag para Instagram y Twitter!

lectura-2017

Enero: Un libro de cuentos

Los cuentos son un buen calentamiento, creo yo, para leer un libro completo en un mes. Uno puede leer un cuentito al día y de repente ¡pum! Ya acabó el libro.

Demasiada felicidad. Alice Munro.  (Es el que voy a leer) Un buen día caminando en un tianguis de libros de viejo, a donde me llevó un querido amigo, observé el libro ahí y le comenté a mi amigo que jamás había leído algo de Alice Munro. Acto seguido, mi amigo me regaló este libro. Con él pretendo iniciar el año.

  • Cuentos inolvidables según Julio Cortázar. Antología. Aquí caben desde Borges hasta Carrington, pasando por Poe y Tolstoi. Lo edita Alfaguara.
  • La tienda de los sueños. Antologado por Alberto Chimal. Casi un siglo de cuentos (de la Literatura de la Imaginación) mexicanos.
  • After the people’s lights have gone off. Stephen Graham Jones. Cuentos de terror. En inglés.
  • The best american science fiction and fantasy 2015. Editado por Joe Hill. Es una BOMBA. Está en inglés y se consigue en El Péndulo.

Tienda sueños

Bonus: Si son fans del Kindle: Help me fund my robot army and other improbable crowdfunding projects. Sólo disponible en digital (buuu, yo muero por leerlo y no lo he conseguido, pero ya leí uno de los cuentos de la antología). El formato de TODOS los cuentos es como una página/proyecto de Kickstarter. Es un ejercicio narrativo muy interesante. Lo consiguen acá

Febrero: Fantasía escrita por una mujer

Hay autores de fantasía muy chidos y ya de culto. Neil Gaiman (mi amor), Terry Pratchett, Philip K. Dick, Edgar Allan Poe, H. P. Lovecraft (los dos últimos mis gurús literarios cuando me inicié en los caminos de la escritura), pero también hay autoras MARAVILLOSAS. ¿Cuánto han leído escrito por mujeres? Yo caí en la cuenta de que no había leído a tantas mujeres y pues, ampliar los panoramas cae bien.

Brave Story. Miyuki Miyabe. (Es el que voy a leer) OK, me estoy poniendo un standard medio complicado porque es un tabicote de casi 900 páginas para leer en el mes más corto del año (¡gulp!). Pero es una historia casi de culto que ya ha sido re-editada como manga y como libros artísticos y locos como sólo los japoneses saben hacerlo. Así que ¿por qué no?

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  • Cuando Santa cayó del cielo. Cornelia Funke. Lo edita Siruela en conjunto con el Fondo de Cultura Económica y es una historia muy bonita. Además, trae unas ilustraciones muy monas.
  • The girl of ink and stars. Kiran Millwood Hargrave. Ya les había dicho que es una historia escrita por una chica inglesa que me cautivó por la sencillez y por la valentía de Isa, su protagonista.
  • Loba. Verónica Murguía. Dragones, magia, amor, lobos, batallas épicas, maldiciones, todo en esta historia de autora mexicana que le mereciera el Premio Gran Angular de SM hace un par de años.
  • Magonia. Maria Dahvana Headley. Ya debo tenerlos hartos con esto, pero es que en serio: ¡hay que leerlo!
  • Reckless. El goyl de Jade. Cornelia Funke. El inicio de la Saga del Espejo, cuyo final no ha salido (pero ya tiene tres libros publicados). Imaginen que todo lo que escribieron los Hermanos Grimm está basado en un mundo real, que se encuentra del otro lado del espejo. Un chico, Jacob Reckless, es cazador de tesoros ahí. Y de repente, su hermano menor se pierde en ese mundo…

 

Marzo: Algo escrito por un autor mexicano

A veces me da un poco de cruda moral el saber de tantos autores extranjeros y saber tan poco de los propios. Así que qué tal abrir algo de nuestros compatriotas.

Xanto. Una novelucha libre. José Luis Zárate. (Es el que voy a leer) Pendiente en mi eterna lista de pendientes, ahora es cuando sumergirse en esta historia.

xanto

  • Ojos llenos de sombra. Raquel Castro. Fue premio Gran Angular hace algunos años. La historia de Atari tomando una decisión trascendental para su vida va acompañada de mucha música y vibra dark.
  • La torre y el jardín. Alberto Chimal. Es una novela compleja. Horacio Kustos sale en ella. Le tomó muchos años a Alberto escribirla y fue finalista en el Premio Rómulo Gallegos. Se van a sorprender.
  • Adiós a Dylan. Alejandro Carrillo. Con esta novela Ale, director del sitio Tinta Chida, ganó el premio Mauricio Achcar 2016.  Curiosamente cuadró perfecto con el Premio Nobel de Literatura del año pasado.
  • El ladrón de sueños. BEF. Videojuegos. Niños que no pueden despertar. Heroísmo al pelear contra las pesadillas. Geek, mágico y gamer hasta la pared de enfrente.

Abril: Un libro para niños (o catalogado LIJ)

Insisto en que el público más complicado es el infantil. Es el más exigente. Por eso suelen ser las historias más ocurrentes (y las menos condescendientes) las que trascienden en este ramo.

El hombre que fue un mapa. Ignacio Padilla. (Es el que voy a leer) Supe la conmoción (y la tristeza) que la pronta partida de Ignacio Padilla provocó entre los que lo conocieron. Y aunque este libro existe en la biblioteca y mi hijo lo amó, yo no lo he leído. Llegó el momento.

mapa

  •  El libro salvaje. Juan Villoro. Ya es un clásico entre los fanáticos de la LIJ. De repente uno se da cuenta de que, a veces, son los libros quienes lo escogen a uno.
  • El Mago desinventor. Marco Costa. Sigue siendo de mis favoritos de la colección A la orilla del viento del Fondo de Cultura Económica. Un mago se harta del mundo desgastado por los humanos y desinventa todo: coches, televisión, radio… una pandilla de niños entra a casa del Mago para saber qué ocurre y acaban cayendo en dos futuros alternos.
  • Nicolás San Norte y la batalla contra el rey de las Pesadillas. Wiliam Joyce. ¿Vieron la película de Dreamworks “El origen de los guardianes”? Se basa en la saga de Guardianes de William Joyce y la primera parte nos presenta a Nicolás San Norte, y cómo se convirtió en el héroe de todos los niños. Oscura por momentos, no es la típica historia sobre Santa Claus.
  • Cómo entrenar a tu dragón. Cressida Cowell. Spoiler alert: No tiene NADA que ver con la película de Dreamworks. Es una historia muy divertida (me hizo soltar carcajadas) aunque Chimuelo no es como el séptimo arte nos lo pinta.

Ahí las sugerencias del primer cuatrimestre del año. ¿Qué agregarían? Anímense. Compartan conmigo sus lecturas de este 2017.

Se acabó el año y empiezan las listas y los propósitos (en mi caso, metas u objetivos y no, no son 12) que llenan de buenos deseos e inspiraciones la blogósfera.

Pero como yo sólo sé hablar de libros, mi recuento en realidad es acerca de lo que leí durante este año. Debo decir que 2016 fue el año de COMPRAR libros. Me hice de una enorme cantidad de libros Para variar, mi pila de libros por leer creció más que la pila de libros leídos. De hecho a un amigo le dije que en 2017 mejor no compraré libros porque tengo mucho por leer. Mi amigo soltó la carcajada y dijo que no me creía nada. Tampoco lo culpo. En fin. Lo que sí leí en 2016 fue:

La mecánica del corazón. Mathias Malzieu. El libro me lo dieron los Reyes Magos. Con una portada hermosa, cortesía de mi ilustrador francés admirado, Benjamin Lacombe, nos narra la historia de un chico cuyo corazón funciona gracias a un cucú de cuerda. Para sobrevivir debe seguir tres reglas, la más importante: no te enamores. Su frágil corazón no podría con esa emoción que es el amor. Sin embargo, se enamora de una bailarina, a quien persigue por Europa. ¿Qué ocurrirá? Vale la pena leer esta historia breve.

The best american science fiction and fantasy 2015. Editado por Joe Hill. Otro libro que me dieron los Reyes Magos, es una compilación de 10 cuentos de Ciencia Ficción y 10 cuentos de Fantasía, publicados en Estados Unidos. El primero de esta serie (The best american) dedicado a los terrenos de la literatura de la imaginación, me cautivó por la grandeza de las mentes tras las plumas. Muero de ganas de conseguir el de 2016. Fue un libro que me gustó tanto que le compré una copia a un querido amigo autómata de cumpleaños y le presté a otro querido amigo mío mi ejemplar. Si les gusta leer en inglés y les gusta como a mí la Literatura de la Imaginación, este libro es imperdible.

Tóxica. Françoise Sagan. Las notas del diario de Sagan cuando estuvo en rehab por causa de su adicción a la morfina, es un libro muy rápido de leer. De hecho, lo recomendé en Revista Kya!

Engaños. A. G. Howard. El cierre de la saga de Susurros, confieso que no fue mi favorito. Sentí que la historia se extendió de más con tal de cumplir con entregar una trilogía. Eso sí, lleno de aventura y oscuridad, este cierre me permitió escribir el texto con el que entré a Penumbria.

Emigrantes. Shaun Tan. El libro más anhelado de hace un par de años, cayó al fin en mis manos en abril de este año. Es un libro HERMOSO. Sin una sola palabra, sólo dibujos, Shaun Tan nos narra la historia de los que emigran en busca de una vida mejor para sus familias, lo difícil que es adaptarse y cómo se mantiene uno fiel a sus raíces. Para hacer este libro, Tan investigó durante una década y entrevistó a varias familias. Es una cosa maravillosa.

Santiago se va. José Urriola. Libro que cayó en mis manos en agosto de 2015, justo el día que mi padre expiraba, regalo de mi querido profesor Urriola, no pude agarrarlo hasta pasado un año de la muerte de mi padre. Pero ¡qué cosa me esperaba! Si ya admiraba a José como profesor, como escritor se ganó un sitio en uno de mis pedestales literarios. Santiago desaparece, encargando a su mejor amigo (el narrador) que haga una serie de entrevistas a las mujeres de su vida –la de Santiago –para saber lo que ellas piensan de él. Con ello uno se interna en la biografía del extravagante inventor que es Santiago y, sin saberlo, cae de una historia realista a una cosa de fantasía en un paso tan natural que ni se siente el cambio de atmósfera hasta que ya te atrapó. Uno de mis favoritos de este año.

El rastro. Antonio Ortuño. Parte de la nueva colección para jóvenes del Fondo de Cultura Económica, este libro me causó sentimientos encontrados. Ortuño tiene una prosa impecable, pero la historia del chico citadino y taciturno que acaba varado en el norte porque su amigo lo invitó y termina envuelto en un caso de secuestro, buscando desesperadamente a su cuate en una ciudad norteña perdida de la mano de Dios no acabó de atraparme.  Y ni siquiera sé decirles por qué: la escritura es maravillosa, hay misterio, aventura y momentos de tensión. Quizá este libro me topó en mal momento. Espero poder leer algo más de Ortuño pronto, pues me gusta su uso del lenguaje.

The only pirate in the party. Lindsey Stirling. La autobiografía de la violinista bailarina de hip hop (sí, sí existe algo así) éxito de YouTube está llena de confesiones íntimas, de inspiración para quienes luchan con desórdenes alimenticios y de rompimiento de esquemas. ¿Una mormona puede estar en el mundo del espectáculo y triunfar? Sí, se puede, aunque no es fácil.

La chica del tren. Paula Hawkins. Creo que soy la única persona que ha leído este libro y no lo ha devorado. Muchos me lo recomendaron insistentemente. Narrado a tres voces, todas femeninas, mi problema principal fue que Rachel, la protagonista, se me hizo intragable. Por ello, me costó trabajo avanzar y disfrutar la lectura. Sin embargo, es un thriller muy bien escrito, con una construcción algo lenta para mi gusto, pero con un desenlace impecable.

Magonia. Maria Dahvana Headley. Si debo escoger mi libro favorito de este año, habría empate entre esta maravilla de la literatura YA y otro libro al que ya llegaré. El libro me impactó tanto que me provocó pesadillas. Escribí más a fondo de él en Penumbria.

El inesperado plan de la escritora sin nombre. Alice Basso. Lo describí en mi cuenta de Instagram como “una divertida novela de detectives, cuajada de guiños literarios y con una protagonista de humor ácido”. Se trata del libro que empata con Magonia en el sitio de “libro favorito de Nerea 2016”. Es un libro muy divertido y muy sencillo de leer, aunque ello no le quita el tener giros inesperados. Alice Basso me cayó muy bien como autora y espero que cumpla con sacar una novela más con la misma protagonista, Vani Sarca.

Creatividad, S.A. Ed Catmull. Parte autobiografía, parte guía del CEO de una empresa, la historia del surgimiento, crecimiento y posicionamiento de Pixar como una de las fábricas de sueños más grandes en el mundo cinematográfico es por demás inspiradora. Particularmente cuando uno tiene un equipo a cargo, aunque sean tres personas, este libro marca pautas necesarias para la buena comunicación con los equipos y para mejorar los ambientes laborales.

La tienda de los sueños. Antologado por Alberto Chimal. Un libro de cuentos que cubre poquito más de un siglo de cuento mexicano, felizmente (y sin proponérselo) Alberto metió un número igual de autores que de autoras. La evolución de las letras conforme nos acercamos a la época contemporánea no implica que la calidad cambie. Si volviera a dar clases de Lectura, este sería mi libro de cabecera: hay algo para todos los gustos, además de que se amplía la lectura con la pequeña biografía al inicio de cada cuento y con las referencias de cuentos similares al final.

The girl of ink and stars. Kiran Millwood Hargrave. La galardonada acutora inglesa (con apenas 26 años) debuta con esta novela de fantasía sobre la hija del cartógrafo en la isla de Joya, donde hace 30 años nadie puede salir porque el Gobernador lo prohíbe. Se convierte en una historia de aventura, de crecimiento y de amistad. También escribí sobre este libro para Penumbria.

Lunática. Martha Riva Palacio. El último del año fue el Premio de Poema Hispanoamericano para Niños 2014, publicado por el Fondo de Cultura Económica. Es un poema hermoso, narrado por una niña que sueña con la Luna, los lobos, la magia. Las ilustraciones de Mercé López me recuerdan un poco el estilo de las películas de Studio Ghibli (un amigo de broma me preguntó por qué estaba la Princesa Mononoke en la portada). Me lo regalaron en el intercambio godín de la oficina y fue el regalo perfecto.

Y en el inter, cayeron en mis manos muchos libros más. Justo me encuentro leyendo How to be a woman, de Caitlin Moran, Fangirl  de Raibow Rowell y Cartas de amor a los muertos de Ava Dellaira. Y mejor ni hablamos de mi TBRL que no acabamos. Ustedes ¿qué leyeron este 2016?

Vicios #bibliofilia

Una foto publicada por Vanessa Puga (@nereavpv) el 23 de Dic de 2016 a la(s) 9:14 PST

Hace poquito  más de un año, Alberto Chimal y Raquel Castro iniciaron con sus transmisiones vía Periscope semanales.

Ayer fue martes, el último del moribundo 2016, y en su Periscope mis queridos amigos aprovecharon para lanzar un nuevo proyecto para el 2017: una comunidad de escritura cuyo objetivo sea acabar un proyecto literaria en un año.

Si bien no están cerrados a un género o estilo en particular, Alberto y Raquel comentan que como su especialidad es narrativa, pues es en ello en lo que se van a centrar. Sin embargo no es un limitante para los que gusten participar. La idea es compartir los avances con el hashtag #Escritura2017.

Además, irán lanzando ejercicios y retos. Suena sumamente emocionante. ¿Quieren saber más? Vean el video:

 [youtube https://www.youtube.com/watch?v=f9QLJCSPLKw]

En estos días he estado leyendo cosas en las redes sociales que me causan conflicto, un conflicto más añejo que yo (seguro), pero no puedo evitar sentir una leve rabieta anidar en mi pecho.

Se ha convocado a una marcha, teóricamente en nombre de la familia, en contra de… ya no sé de qué tanto. Pareciera que es para borrar de un golpe los derechos que trabajosamente se ha otorgado a la comunidad LGBT. Pero con todos los comentarios que he visto surgir, más bien pareciera que nos quieren aventar de un golpe al medioevo.

He visto gente que clama que la familia nuclear son papá-mamá-hijos, cualquier otro tipo de congregación social que comparta techo (y posiblemente lazo sanguíneo) queda invalidada.

¿Cómo por qué? Porque ellos (los que están detrás de esas imágenes, de la idea de la marcha, del odio) lo dicen.

Con esas ideas, acaban de mandar al olvido a mi pequeña familia. En mi casa vivíamos, hasta hace un año, mi papá, mi mamá, mi hermana, mi hijo y yo. Ah, sí, y Romi, la perrita. Después mi papá falleció, mi hermana se fue con mi prima y quedamos mi peque, mi ma, dos perros medio critters y yo en la casa. Según las declaraciones que rondan las redes como soporte para marchar en pro de la familia, nosotros aún con mi papá, no calificábamos como una familia.

Como madre soltera ya me he enfrentado en infinidad de ocasiones a la idea de que sin hombre no sólo estoy sola, sino incompleta. Creo que la peor fue cuando una de las mamás de los compañeros de mi hijo en la escuela me dijo “Debe ser horrible ¿no? Ser mamá de un hijo varón y no tener un hombre a tu lado que le enseñe a ser… hombre verdadero”.

No sé por qué la gente piensa que yo sola no puedo criar a un ser humano decente (y ojo, sola a medias, porque cuento con el apoyo de mi familia… y sí, ahorita en mi familia inmediata somos básicamente mujeres). Es como pensar que una pareja que opta por no (o no puede) tener hijos deja de ser familia automáticamente.

Me entristece también que esos argumentos, que deshumanizan, estén peleando por retroceder en el tiempo.

Yo tengo varios amigos de la comunidad LGBT y me indigna que los hagan menos por su preferencia sexual. Y antes de que alguien respingue: entre mis amigas hay lesbianas y bisexuales [digo, antes de que me salgan con el “como te llevas con hombres homosexuales por eso no te importa, porque si fueran mujeres tratando de ligarte te espantarías”] ello no me impide quererlas. Ah, claro, y tampoco significa que me tiren la onda (hombres hetero: en serio a toda mujer le tiran la onda no más porque le gustan los hombres, aunque no sea de su gusto? ¿no? Así igualito los gay tienen sus gustos y no le tiran a todo, no jodan).

Comentaba con mi mamá que por fortuna en mis redes sociales, cada que comparten esas imágenes de la marcha es con indignación: no he topado con nadie a favor de la idea. Pero eso no implica que no existe gente a favor de la marcha, del ir para atrás, del odio. Las cosas no son negro o blanco. Por eso necesitamos tolerancia. ¿Cuánta gente allá afuera es tan intolerante o tiene tanto miedo de lo que no conoce que está a favor de estas ideas?

Me aterra porque son esos discursos los que estamos viendo crecer poco a poco con la (mala) retórica de Trump: eso que no entienden, que ven como amenaza, ha de eliminarse.

En un mundo distópico donde la gente a favor de la marcha por la familia gana la guerra que se desata, mi hijo y yo tenemos que huir para evitar que nos encierren: a él para reprogramarlo mentalmente para que sepa que fue huérfano y que es su deber conseguir una buena mujer para tener hijos con ella y formar una familia, y a mí para dejarme en un calabozo por insurrecta al pugnar por decir que sí soy una familia monoparental.

No es tan distópico ¿saben? Para el gobierno de la Ciudad de México no soy madre soltera, porque a pesar de que el papá de G no existe en el panorama desde hace más de 8 años, firmó el acta de nacimiento: con eso queda claro que no estoy sola. Que en la práctica no haya figura paterna para mi peque los tiene sin cuidado. El mundo está más de cabeza de lo que pensábamos.

Por favor, gentecilla, no fomenten el odio. Dense cuenta de que existen muchos tipos de familia, tantos como personas. ¿Cuándo haremos caso del “Vive y deja vivir”?

Cierro con las palabras de mi querida Raquel Castro (publicadas en su Facebook con la imagen que puso inicialmente Alberto Chimal):

Cuando era niña, mi familia era así: papá, mamá, abuela, hermanito, Tina y yo. Tina me cuidaba y no era mi parienta, pero vivía en casa y yo la quería un montonal. Y ella a mí.
Luego, durante un tiempo, la familia fuimos papá, mamá, abuela, hermanito, tíoCarlos, primaTatiz, Bolín y yo. Bolín era nuestro perro. Todos lo adorábamos.
Luego murió mi mamá y nos fuimos a vivir a otro lado mi papá, mi hermano y yo. Y esa fue mi familia. Chiquita y a veces adolorida por las pérdidas (y porque más de dos se empeñaban en que si éramos nomás nosotros tres no éramos familia), a veces ampliada por la presencia temporal de alguna amiga o parienta que se iba a vivir un tiempo con nosotros.
Después mi papá se casó. Y fuimos mi papá, Mary, mi hermano y yo. Y Cuca y Beakman, nuestros gatos.
Entonces me casé yo y me fui a vivir a otro lado. Mi familia fue Alberto, el gato Primo y yo. Y luego se añadió al gato Morris. Así es actualmente y seguirá siendo mientras no se añada algún otro gato, porque Alberto y yo tomamos, hace más de diez años, la decisión de no tener hijos; y no hemos cambiado de opinión.
Claro, mi papá, Mary, mi hermano (que vive en el gringo), mi abuela y mi madre (que murieron), muchos primos y tíos y amistades siguen siendo mi familia del corazón; pero a lo que voy es que la familia nuclear, esa con la que comparte uno el techo y el día-a-día, puede ser muy diferente de una casa a otra e incluso cambiar mucho de una época a otra de la misma persona.
Y nadie tiene derecho a venir a decir que tu familia no es una familia si no se parece a otra. (Una cosa es defender nuestros derechos y otra querer negarle sus derechos a otros. Eso último no se vale).

 

Hace un par de meses, mencionado de refilón en uno de los Periscopes de Alberto y Raquel supe de la existencia de un sitio en línea llamado The Book Depository.

Resultó ser una gran librería en línea que no cobra envío.(¡Toma eso, Amazon!) Los libros salen desde Australia y el Reino Unido y en general salen entre 1 y 3 días hábiles tras haber hecho el pedido. Yo en general he revisado las novelas, pues los títulos que he estado buscando de literatura escrita por mujeres han sido fáciles de encontrar ahí.

Sin embargo tienen libros de todo tipo, además de una bonita sección de ofertas, donde hay varios descuentos interesantes. Una cosa qu en realidad AMO de The Book depository es que reconocen desde dónde estás comprando, por lo que ponen los precios en la moneda nacional. Se me hace muy chido eso, porque puede haber variaciones en el cálculo de los dólares, por ejemplo.

Al crear una cuenta en el sitio, uno puede ir guardando libros en una lista de deseos. Y si los libros que están en la lista se piden, se borran de la lista para que no haya confusiones en el futuro.

Además, su servicio de ayuda es maravilloso. La primera vez que pedí libros uno no llegó. Al avisarles de esto, me dijeron que sin problema me enviaban otra copia, sin cargo extra. Eso fue por correo, pero también atienden vía Twitter.

Por si fuera poco, son muy activos en redes sociales, así que uno se puede enterar de sus novedades al seguirlos en Pinterest, Instagram, Twitter o Facebook.

El único downside podría ser que aunque se pidan varios libros de un golpe, salen por partes, dependiendo de la disponibilidad, lo que significa que pueden llegar varios paquetes de uno o dos libros en lugar de un paquete grande. Tardan aproximadamente un mes en llegar.

Eso sí: cuando llegan los libros, llegan con un bonito separador de libros para colorear.

BD 2

Así que si aman los libros y no tienen inconveniente en leer en inglés (también hay selección en español, pero no es tan amplia como lo que hay en inglés) este sitio les puede gustar.