Entradas

A mí nadie me dio un manual para saber ser mujer en esta vida. Nadie me advirtió que iba a enfrentarme a una sociedad en la que si algo me pasa, seguramente va a ser mi culpa porque yo me lo busqué: por estar sola, por vestirme con ropa ajustada, por ser yo. Tampoco me advirtieron que mi autoimagen iba a ser puesta en tela de juicio más veces al día de lo que uno imagina.

Hace poco, al quejarme con un amigo muy querido de que me siento incómoda con mi cuerpo, él me dijo que era bonita así como soy. Que no debería martirizarme tanto ni mucho menos obsesionarme con el físico.

Tiempo atrás alguien me echó pleito por ser “demasiado”: demasiado intensa, demasiado ocurrente, demasiado inteligente. “Te vuelves insoportable”, remató. Porque no soy sumisa, tímida, callada, reservada, abnegada…

Dos buenas amigas mías me dijeron que eso pasa cuando una es feminista. ¿Feminista yo? Jamás me había catalogado con esa etiqueta (tan vituperada y mal vista ahora). De feminismo entendía poco o casi nada.

Decidí que era momento de conocer más, de entenderlo, de encontrarme en las voces de otras mujeres y, quizá, aprender a ser mujer en el siglo XXI.

Así cayó entre mis manos el libro “How to be a woman” de la periodista británica Caitlin Moran. El libro autobiográfico de Moran habla de varios temas que a mí (y seguramente a otras mujeres) me preocupan. ¿Por qué la ropa de diseñadores nunca queda bien y es tan cara? ¿Por qué el afán de usar tacones si son tan incómodos (y tan caros… bueno, toda la ropa es cara, tan cara)? ¿Qué hacer cuando una se enfrenta a comentarios sexistas, particularmente cuando son tan velados que te cae el veinte de ESPERA, ESO FUE SEXISTA horas después? ¿Qué pasa con el aborto? ¿Por qué es un pecado cumplir más de 30 años si eres mujer? ¿Es válido como mujer no querer tener hijos?

Con un humor sumamente ácido para tocar temas que invitan a la reflexión profunda, Moran nos cuenta que en realidad sigue sin aprender a ser mujer del todo, pero se quiere como es.

El libro es ampliamente recomendable tanto para hombres como para mujeres: plantea temas que quizá una como mujer siempre ha pensado pero no se atreve a cuestionar, y que como hombre va a ser bueno que se empiecen a enterar, caballeros.

Sigo sin saber ser mujer, porque creo que me estoy redefiniendo constantemente, ¡yei! Pero ya no me acongoja (tanto) no encontrar un camino definido. Vamos de gane.