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Ilustración de Jovanna Plata

Siempre me he considerado una buena persona, contrario a lo que Damián y Lilith pueden decir. Claro, a ellos les gusta chingar a la gente, escondiéndose detrás en las sombras, metiendo el pie al que va pasando (literal y metafóricamente) pero a mí me gusta ayudar a las personas: cuando se caen, los levanto. Cuando tienen un problema, los escucho.

Lo malo es que Damián y Lilith tienden a chismear lo que escuchan: siempre con la oreja parada, o las antenas, o como gusten decirlo, para a la primera que puedan, soltar a los cuatro vientos lo que saben. Así es como he perdido muchos amigos. Por lo menos eso es lo que me dice Mamá. Dice que es por culpa de los pequeños diablillos que nunca me dejan en paz y que nada tiene que ver que seamos hermanos trillizos y estemos pegados y parezca un monstruo de tres cabezas.

Normalmente a Lilith y Damián les gusta quedarse bajo la capa de plumas que me hizo mamá hace años, así se esconden mejor. Y entonces parezco normal. Pero quizá nunca seré normal. A ver, díganme ¿qué es normal? Si ustedes escuchan voces en su cabeza son más anormales que yo: de menos las voces que escucho todo el tiempo están al lado de mi cabeza, no dentro. Entonces creo que soy más normal que ustedes ¿o no? Las apariencias engañan tanto. Me puedo ver monstruoso. Pero siempre me he considerado una buena persona. ¿Ustedes quieren ser mis amigos?

 sketch1-2017

Hace poco conocí a Jovanna Plata, una chica talentosa que ilustra y que está detrás del sitio Trendy Topics. Juntas hemos pensado en varias cosas que pueden funcionar para lograr trabajo de frente común entre Trendy y Kya! pero hace poco salió la idea de trabajar en cosas macabras.

Jovanna es una niña muy talentosa y hace poco leyó un poquito de lo que yo escribo de fantasía. Así que me propuso que trabajáramos juntas en un proyecto para nosotras, no para nuestras revistas. Así que tengo el reto de entregar un cuento en una semana. Un cuento donde salga un monstruo.

Para empezar, Jovanna me preguntó cómo me imagino a los monstruos. Es curioso. Si bien alguien describió hace tiempo mis historias como “perfectamente normales hasta que llegas al tercer renglón y te das cuenta de que todos están muertos o locos”, generalmente el terror, el miedo, lo incómodo en mis cuentos es psicológico. Por eso acepté el reto de pensar en monstruos físicos. En cosas más reales que etéreas. Me emociona tener proyectitos así, pequeños, que quizá ahorita no impliquen nada más que el amor y el gusto de hacerlo: así es como han nacido las mejores cosas de mi vida.

Ya les contaré cómo nos va.