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Ayer les platicaba de cómo me enamoré de un anime por culpa de su soundtrack. No ha sido el primer (ni será el último) enamoramiento que sea culpa de la música.

Cuando el estudio Dreamworks llevó a la pantalla grande la historia de Hipo y Chimuelo, quedé cautivada no sólo por la personalidad felina de Chimuelo (y miren que no soy fan de los gatos), sino por la música.

En esa época, mi pequeño tendría apenas 4 años. En la escena en que Hipo lleva a Astrid volando sobre el lomo de Chimuelo, G se quedó viendo la pantalla y me dijo “¡Eso que suena es un violín!”. En efecto, lo era.

 

Romantic Flight

Arte de Sharkie19

 

Las cuerdas son muy importantes en toda la musicalización de esta película. John Powell, su compositor, buscó que cada pieza narrara un momento. Por eso, el soundtrack es tan poderoso. No son meras variaciones de un mismo tema, sino que son piezas compuestas específicamente para ciertos momentos. Ahí radica el peso de este álbum, y la facilidad con que me enchina la piel sin importar cuántos años hayan pasado. Quizá por eso me desilusioné tanto con la segunda película, porque ahí sí son variaciones de un mismo tema, perdiendo la fuerza que se lograba con la película inicial.

Esta suite es ideal para demostrar lo que digo: la fuerza de todas las piezas. Vean a John Powel dirigir:

[youtube https://www.youtube.com/watch?v=0j1GwG2e1lU?rel=0]

¿A poco no se enchina la piel? Eso es potencia. ¿Cómo no enamorarse de un dragón si viene cargado de esa fuerza?

Como dato curioso: las películas no tienen nada que ver con los libros de Cressida Cowell.

Y, en datos que a nadie le importan, muero por tener un peluche de Chimuelo.

Toothless plush

*Este posteo es parte de mi #100DaysProject: durante 100 días subiré un post con alguna anécdota personal o historia.

Ayer lo supe, porque me lo dijo primero un amigo mío: Dolores O’Riordan había muerto. Sabía que era el gran crush de mi amigo y que cuando me dijo “Todo está pinches mal con el mundo” lo decía en serio.

Luego, las redes sociales se llenaron de publicaciones al respecto. Vi que compartieron Linger como mil veces y varias notas que me negué a leer. Todas con la misma cabeza: Muere la vocalista de The Cranberries.

Conocí a los Cranberries hace casi 20 años, cuando yo estaba en tercero de secundaria. Mi amigo Patrick me había grabado en un casette el álbum “Bury the hatchett”. Cuando me dio la cinta me dijo, en una carta, que a él le servía mucho la canción Animal Instinct para sentirse mejor. Ese año, 1999, fue en el que Pat lidió con la enfermedad de su mamá y yo, con el segundo round contra el cáncer de mi papá. En esa época yo vivía en la casa de mis abuelitos, mi papá estaba hospitalizado. Ponía la cinta en la grabadora cuando me metía a bañar, le subía el volumen a todo lo que podía y me soltaba llorando en la regadera. Esos veinte minutos (entre desvestirme, bañarme, vestirme) con The Cranberries de fondo eran el único momento del día en que me permitía llorar, de coraje y de tristeza, por la enfermedad de mi papá.

En esa misma época, otro amigo me prestó el álbum “No need to argue”, que también grabé en casette. Alternaba ambas cintas y poco a poco esas canciones permearon en mí.

La voz de Dolores se me hizo singular. Lo mismo tonos graves que subir a agudos, ese fondo rasposo… nada que ver con las otras voces femeninas que había escuchado. Era imposible no distinguir que era ella quien cantaba cuando sonaba una de sus canciones.

Dolores gif

Promises y Zombie fueron las dos rolas que dos años más tarde, cuando yo estaba en quinto de prepa, elegimos una amiga y yo para cantar frente a la escuela. La batería en esas canciones (particularmente en la primera) me cautivaba y siempre he soñado [guajiramente, porque de cantante no tengo nada] poder cantarla en vivo con alguien tocando la batería con ganas y energía.

“Wake up and smell the coffee” fue el primer CD que me compré, tras esperarlo mucho tiempo. This is the day se volvió el track de preferencia cuando escribía sobre cierto personaje en una historia que estaba desarrollando en ese entonces. Yo aún estaba en prepa.

Otras canciones me han calado:

Dying in the sun sonaba cuando me avisaron que alguien conocido había intentado suicidarse y estaba en observación médica. Linger se la dediqué a mi peor-es-nada de mi último año de prepa (aunque Complicated de Avril Lavigne explicaba a pie juntillas nuestra no-relación, era la voz de Dolores O’Riordan particularmente en la versión de lo mejor de los MTV Unplugged la que expresaba mi sentir).

[youtube https://www.youtube.com/watch?v=FwmQ18w-dwY?rel=0]

Cuando conocí al amigo que me avisó de la muerte de Dolores y me contó su crush con ella, puse en mi bucket list que él fuera el baterista para esa tocada ficticia de Promises.

Dolores, sus letras, me consolaron en mis momentos de dolor. Qué ironía. Quizá no soy la más fan: no tengo todos sus álbumes y no me sé todas sus letras. Aunque claro, no me sé todas las letras de ningún artista porque mi memoria descarta lyrics (supongo que para guardar espacio en disco duro para otras cosas, como detalles de mi trabajo o el cumpleaños de mi mamá).

Ayer no quise escuchar nada de ellos, de los Cranberries, porque temía soltarme llorando. Las canciones cargan mucho significado y saber que la poderosa voz que tanto me conmovió ya no canta en este plano de la existencia me puede mucho.

Lo que hice hoy fue una lista en Spotify con las canciones que me cautivaron.

Y sorprenderme de esa capacidad humana de llorar y condolerse ante la muerte de otra persona, sin importar que no la conociéramos.

Pues en efecto, me siento triste por la muerte de Dolores. Quizá por eso mismo, las canciones me suenan más tristes que antes. Lo bonito es que le deja al mundo un legado: sus canciones y su voz.

Dolores

Tengo cierta fijación por las canciones melancólicas: encuentro belleza en la tristeza, en la nostalgia. No significa que viva eternamente triste, es sólo que me gusta cómo suena. Además, me gustan mucho las canciones en idiomas que no comprendo del todo: son jitanjáforas musicales para mí.

Hoy les comparto una canción de Maaya Sakamoto, de quien soy muy fan. Maaya ha trabajado muchísimo con Yoko Kanno. Esta canción la encontré mientras buscaba otra de ella (que ya les compartiré luego). Espero la disfruten.

[youtube https://www.youtube.com/watch?v=HL2qy_zFLxs&w=420&h=315]